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Cinco militares mueren al estrellarse su avión en la sierra de Guadarrama

Jan Martínez Ahrens

Cinco militares del Servicio de Búsqueda y Salvamento del Ejército del Aire murieron ayer al estrellarse su avión durante un vuelo de entrenamiento en Pinilla del Valle, en la sierra de Guadarrama. El accidente, cuyas causas seguían anoche sin aclararse, sobrevino en un día con excelentes condiciones meteorológicas y después de que la aeronave, un bimotor de hélice C-212 Aviocar, hubiese sido revisado, según fuentes militares. Un testigo del siniestro relató a este periódico que el avión, antes de estrellarse, había efectuado "una pirueta" con un giro de 360 grados en el aire.

El avión, con toda su tripulación, había salido por la mañana de la base aérea de Cuatro Vientos. Pertenecía al 803 Escuadrón del Servicio de Búsqueda y Salvamento. Considerados especialistas en este tipo de misiones, ayer efectuaban precisamente un vuelo de entrenamiento en rescate de montaña. El lugar elegido fue la sierra de Guadarrama, muy cerca de la estación de Navafría.

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Los lugareños vieron pasar el avión sobre sus cabezas. "Sobre las 11.10 vi un avión a unos 50 metros de altura, se leían perfectamente las iniciales SAR [Servicio Aéreo de Rescate]. Iba fuerte, bien, no se le veía con problemas. Al llegara la altura de Rascafría dio media vuelta y volvió hacia Pinilla", relató un vecino de este pueblo.

La aeronave pasó entonces por encima de la ermita ubicada en las faldas del monte de La Manotera, situado a unos 1.350 metros de altitud. En la rehabilitación del edificio religioso trabajaba en ese momento Javier Esteban Arribas, obrero de 23 años. Su mirada siguió a la aeronave. "El avión había pasado antes por encima a buena altura, pero luego, al volver, iba más bajo, a menos de 50 metros. Pude verlo perfectamente. No tenía problemas de vuelo ni humeaba. Hizo entonces una pirueta, un giro completo sobre sí mismo, como un lazo. Luego siguió. Me pareció una pirueta muy bien hecha. Enfiló hacia el monte y empezó a remontar hasta subir muy alto, pero al final, dio dos vueltas de tornillo hacia abajo y se estrelló", relató Arribas. Expertos consultados por este periódico subrayaron la dificultad que entraña efectuar acrobacias aéreas con un avión como el accidentado.

El estruendo del choque restalló en Pinilla del Valle. Angel Matallanos Crespo, dueño de un bar y ex mecánico de aviación, lo oyó en la cocina: "Inmediatamente llamé a la Guardia Civil". Empezaba el rescate.

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El avión cayó en picado sobre un monte de Pinilla del Valle tras descender en espiral

VIENE DE LA PÁGINA 1Arribas, desde la ermita, cogió su teléfono móvil y también avisó a la Guardia Civil. El avión se había estrellado a unos cuatro kilómetros del pueblo, en un monte conocido como La Manotera. El paraje, denominado Hoyos de la Pinilla, estaba cubierto de nieve y poblado de robles, piorna y retama. En la zona del siniestro, sin embargo, no había marcas de arrastre, lo que afianza la hipótesis de que el avión cayó en picado tras dar dos vueltas en espiral, tal y como describió el testigo.

Cuando Arribas y la Guardia Civil alcanzaron el lugar del accidente, inaccesible por carretera, no encontraron supervivientes. Toda la tripulación, atrapada en el interior del avión, había muerto en el acto. Eran los tenientes y pilotos Óscar Vicente, de 27 años, y Antonio Moreno, de 26; el brigada. y mecánico de vuelo Mariano Benito, de 35; el cabo José David García, de 24, y el soldado Gonzalo Castillo, de 26, ambos rescatadores. Todos ellos madrileños, excepto el cabo, nacido en Almería.

Para recuperar los cadáveres, aprisionados en el amasijo de hierros (transcurrió más de una hora hasta que se descubrió el quinto cuerpo), los bomberos de la Comunidad tuvieron que serrar los restos del avión, cuyo fuselaje, aunque destrozado, se mantuvo casi entero. De hecho, la caída en picado del aparato apenas afecto el paraje, hasta el punto de que sólo un roble quedó partido tras el accidente.

Dada la dificultad de acceso a la zona, los trabajos se desarrollaron con apoyo de cinco helicópteros (uno de la Guardia Civil, dos del Sercam y otros tantos del Ejército del Aire). Una vez recuperados los cuerpos de los militares y trasladados a Pinilla por sus propios compañeros del Servicio Aéreo de Rescate, la titular del Juzgado de Instrucción de Torrelaguna, Isabel Sainz, ordenó su envió al Instituto Anatómico Forense de Madrid, donde se les practicó la autopsia. Junto a la instrucción judicial, el Ministerio de Defensa ha abierto su propia investigación para aclarar las causas del accidente. El funeral se celebrará hoy a las 14.00 en la base de Cuatro Vientos. A las exequias asistirá el ministro de Defensa, Eduardo Serra.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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