La patronal francesa recurrirá ante Bruselas la semana de 35 horas

La principal organización patronal francesa, CNPF, mantiene su cerrada oposición a la ley de reducción de la semana laboral a 35 horas. Alega que se trata de una medida autoritaria, política y antieconómica. Junto con la Confindustria -entidad homóloga en Italia- ha acordado recurrir ante Bruselas."Acudiremos ante el tribunal que regula la libre competencia. La ley distorsiona el mercado", explica un portavoz autorizado del CNPF, "en la medida en que comporta subvenciones a las empresas francesas. Los otros países no tienen porque aceptar la medida" que, además, también les parece discriminatoria para las sociedades que el año pasado ampliaron sus plantillas o redujeron el tiempo de trabajo sin incentivo económico alguno.

Para la patronal francesa, el proyecto de Martine Aubry, ministra de Empleo y Solidaridad, equivale a que "Francia aplique una ley de limitación del crecimiento". Las cifras parecen desmentir los negros augurios de la CNPF. En los últimos cuatro meses de 1997 se ha registrado una ligera reducción del paro y una revitalización de la vida económica, como si el mercado confiase más en las recetas del Gobierno que en las de la patronal.

Menor crecimiento

"La coyuntura es buena, el segundo semestre de 1997 ha sido muy favorable", admiten los empresarios, "pero en mayo o junio de 1998 la tendencia se invertirá. La crisis asiática limitará el superávit de la balanza comercial. El Ejecutivo apuesta por un crecimiento del orden del 3%, pero nosotros creemos que podremos darnos por satisfechos si llegamos al 2,3%".Bruselas es una vía para detener las 35 horas, pero no la única. "Después de las elecciones regionales de marzo la ley entrará en la Asamblea para una segunda lectura. Dependiendo del resultado de los comicios, quizá los ánimos estén más calmados".

Los empresarios franceses están convencidos de que el partido socialista incluyó las 35 horas en su programa electoral de 1995 y 1997 porque quería una bandera radical con la que frenar el crecimiento de la extrema izquierda. Pero el programa de oposición se ha convertido en realidad de gobierno. "Ahora les sirve para mantener unida la mayoría de gobierno, pero la idea no ha calado en la opinión pública. Si los resultados no lo remedian, las empresas aplicarán la ley porque estarán obligadas y será mejor en 1998, recibiendo una subvención, que en el 2000 sin ayuda alguna". La construcción europea y el euro inspiran consenso en el CNPF. "Europa nos impide devaluar, fabricar déficit o endeudarnos. Las 35 horas son el último gran experimento francés. Con el euro llegará también la uniformización fiscal y luego la social. Por suerte", concluye el portavoz.