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'No' zapatista a un diálogo secreto con el Gobierno mexicano

Juan Jesús Aznárez

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) rechazó una reunión secreta propuesta por el ministro de Interior mexicano, Fracisco Labastida, para acercar posiciones sobre la crisis de Chiapas, por considerar que el encuentro fue planteado en términos inaceptables, más propios de la componenda que de la negociación. "Supone que él [el ministro] que está tratando con políticos de su partido o miembros de su Gabinete acostumbrados ya al doble lenguaje, a la simulación, a la transa y al crimen".

En un comunicado difundido la noche del sábado y firmado por el subcomandante Marcos, el EZLN afirma que no renegociará los acuerdos sobre derechos de los indígenas firmados con el Gobierno en San Andrés Larráinzar el 16 de febrero de 1996. "No renegociaremos aunque la renegociación se disfrace de revisión. No estamos exigiendo nada que el Gobierno no haya firmado".

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La propuesta de mantener una reunión reservada entre el Gobierno y la dirección del EZLN venía contenida en un sobre cerrado con un cinta adhesiva, sin remitente ni destinatario, entregado a los zapatistas por la Comisión Nacional de Intermediación (Conai), que aseguró que lo enviaba la Secretaría de Gobernación (Ministerio de Interior).

No emplear la violencia

Mientras tanto, el presidente, Ernesto Zedillo restó dramatismo a la situación de Chiapas al afirmar que si bien la crisis todavía continúa, no hubo enfrentamientos entre el Gobierno y "el grupo que inició esta situación a principios de 194". Los choques se registran, agregó, entre los rebeldes y otros grupos. Zedillo prometió no emplear la violencia para solucionar un conflicto estancado. "Lo haremos de una manera bastante diferente a la que recurrieron en el pasado otros países latinoamericanos".El diálogo, mientras tanto, se manifiesta a ráfagas, sin concesiones esenciales en los planteamientos de las partes, y discrepancias sobre el alcance de los acuerdos de San Andrés, que el Gobierno consideró como punto de arranque de posteriores negociaciones y algunos de cuyos puntos esenciales revocó a la baja en diciembre de 1996.

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Para Marcos, el presidente dificulta una solución negociada al negarse a cumplir los acuerdos de hace dos años. "Nuestra posición es la misma. No queremos todo, sólo que se cumpla lo que el Gobierno firmó y es de conocimiento público. Sólo queremos que la Cocopa (Comisión de Concordia y Pacificación) haga honor a su palabra y defienda su iniciativa. Sólo queremos que el reconocimiento de los derechos indígenas se haga ley y realidad".

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