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Clinton recibirá poderes para firmar tratados con terceros países

Xavier Vidal-Folch

"Vamos necesariamente a aprobar el fast-track", lo que demuestra que los congresistas "no practican el aislacionismo", afirmó ayer en el Foro de Davos el republicano Newt Gingrich, presidente de la Cámara de Representantes estadounidense. A final del año pasado la Cámara negó a Bill Clinton ese privilegio, por el cual el presidente puede acordar un tratado internacional con un tercer país sin necesidad de someterlo a votación.

Gingrich imputó la responsabilidad de la negativa a aprobar el fast-track (vía rápida) a los sindicatos, temerosos de las consecuencias que tengan sobre el empleo los acuerdos comerciales. Criticó asimismo al "sistema constitucional" de EE UU por ineficaz en estos casos, "pero así lo quisieron los padres de la patria, para que no lo pudiera manipular ningún dictador".

Ante la élite del empresariado mundial partidario de la globalización, Gingrich hizo denodados esfuerzos para difuminar la imagen del Parlamento norteamericano como un organismo ensimismado en la política interna: "Nuestro trabajo consiste en sintetizar el interés de EE UU y el mundial", manifestó.

En la vigilia de que intervenga en el foro la primera dama de su país, Hillary Clinton, Gingrich pidió a los hombres de negocios "que presionen a sus Gobiernos" para que éstos ejerzan a su vez la máxima presión sobre Sadam Hussein. Y para que, si ésta no logra el resultado apetecido, se sumen a las decisiones que Washington tome. "No toleraremos un régimen en Irak que construya armas de destrucción masiva", argumentó, imputando a Sadam cualquier desgracia, porque "lo único que debe hacer es cumplir sus compromisos".

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