Las medicinas excluidas no tendrán otras sustitutas en el seguro público
La oposición reprocha que fármacos poco útiles sigan recetándose
El ministro de Sanidad, José Manuel Romay, compareció ayer en la comisión de Sanidad del Congreso sin la lista del medicamentazo. Pero de sus palabras se deduce que será contundente. "Las medicinas para problemas graves seguirán financiadas" insistió, "pero aquéllas para síndromes menores deberán pagarlas los ciudadanos". Romay no negó que se excluyan grupos terapéuticos completos sin sustitutos en la financiación pública.Si el argumento es su baja eficacia, la oposición le reprochó el que vayan a seguir recetándose.
El medicamentazo, la lista de fármacos con cuya exclusión se pretenden ahorrar unos 32.000 millones de pesetas anuales, aún no está lista, dijo el ministro, a pesar de que el pasado jueves la emplazó para esta semana. Pasará por los trámites de consulta reglamentarios y será aprobada por un Real Decreto en abril o mayo, anunció Romay. La tardanza del ministerio en concretar a cuántos y qué tipo de fármacos afectará exasperó ayer a la oposición, que calificó su gestión de oscurantista en este terreno.La diputada socialista Ángeles Amador resumió ayer en una frase el malestar de toda la oposición, incluidos los socios nacionalistas del Gobierno, ante algunas explicaciones de Romay sobre el pacto con Farmaindustria: "Esta comparecencia está siendo bastante elocuente sobre lo que planteamos. Todos los grupos políticos han expresado sus reproches sobre la forma y el fondo de cómo se está haciendo el ahorro farmacéutico".
Además de las del PSOE e IU, el ministro José Manuel Romay tuvo que escuchar las críticas de la diputada de CiU sobre el uso de una receta especial -la llamada receta blanca- para seguir recetando los fármacos excluídos. Zoila Riera hizo este razonamiento: "Si el propio ministro se comprometió en esta cámara a no excluir ningún medicamento que no pueda ser sustituido, es difícil de explicar y peor de entender que se pueda recetar un medicamento [cuyo precio hay que pagar íntegramente] habiendo otro equivalente en el sistema público".
De las palabras del ministro se desprende que la premisa de Zoila Riera ya no es válida. En su respuesta a la diputada, Romay se limitó a decir que la receta blanca -creada por el PSOE en 1993 responde a la libertad de prescripción de los médicos y admitió que de la lista de fármacos financiados públicamente "pueden desaparecer algunos para síndromes menores por entender que la solidaridad pública no debe atender esa necesidad". A la pregunta más explícita, por parte de los periodistas, de si los fármacos excluidos tendrán equivalentes dentro del sistema, Romay contestó: "Los fármacos para síndromes menores tendrán que pagarlos los ciudadanos".
Angeles Amador, en cuyo mandato al frente de Sanidad se creo la receta blanca, aseguró que no se ha usado (extremo difícil de comprobar, según Sanidad, ya que estas recetas no entran en la facturación) y abogó porque los fármacos que van a ser excluídos, "si no son útiles, mejor que se eliminen del registro"
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