El temporal de nieve obligó a cortar tres horas 60 kilómetros de la N-I

La primera nevada del año en la región encontró ayer su principal víctima en la carretera de Burgos (N-I). Esta transitada vía, tras una jornada de retenciones y cortes intermitentes para camiones y autobuses, quedó a las 20.45 cerrada al tráfico para todo tipo de vehículos en ambos sentidos.La drástica medida, que en un principio afectó a un tramo de 80 kilómetros (desde San Agustín de Guadalix hasta Cerezo de Abajo, en Segovia) y al cabo de una hora a 60 kilómetros (desde Venturada a Boceguillas), fue adoptada por la Dirección General de Tráfico (DGT) para evitar que los vehículos quedasen atrapados en la carretera por efecto del hielo y los camiones cruzados.

Pese a que los primeros pronósticos de la propia DGT auguraban un corte más prolongado, la circulación, gracias a la acción de 20 máquinas quitanieves, se restableció paulatinamente. Así, a las 01.00 de la madrugada de hoy, el tramo madrileño de la N-I consiguió ser despejado hasta el kilómetro 85 (puerto de Somosierra), de forma que a continuación los coches podían circular con cadenas (para los camiones seguía prohibido el paso a esa altura). Este hecho, sin embargo, no supuso la recuperación total de la carretera al tráfico, dado que, al cierre de esta edición, el tramo segoviano permanecía impracticable por la nieve.

La decisión de la Dirección General de Tráfico, sin precedentes recientes, de cortar al tráfico 80 kilómetros de una de las principales vías de entrada y salida de la capital de España no fue ajena a las escenas vividas en las carreteras madrileñas el pasado 4 de diciembre. Aquella noche, miles de conductores quedaron atrapados en sus coches bajo una ventisca que mostró toda su fuerza en la zona sureste. Las acusaciones posteriores de descoordinación y de falta de previsión se sumaron a la oleada de quejas de los conductores.

Ante el peligro de que se repitiese una situación similar, la DGT optó por el cierre de la N-l. Y ello pese a que la intensidad de la nevada fue menor que la de diciembre. El temporal se centró en la zona norte, mucho más acostumbrada a soportar este tipo de inclemencias (la nieve, de hecho, afectó a las poblaciones situadas a más de 600 metros de altitud). "Ha sido un día difícil, con mucha niebla. Hemos aguantado todo lo que hemos podido, pero al final hemos preferido evitar riesgos", explicó un portavoz de la DGT.Durante la jornada se había restringido el tráfico en la N-I, de forma que en los momentos en que el temporal cobraba más fuerza, se había impedido el paso a camiones y autobuses por la Cabrera, Venturada y el puerto de Somosierra. Luego, al mejorar el tiempo, se les había permitido el tránsito, siempre y cuando llevasen cadenas. Esta medida no impidió que algunos camiones quedasen cruzados en la carretera por efecto del hielo.

"En principio se pudieron sacar, pero al final quedaron varios cruzados en La Cabrera y se corría el riesgo de que los conductores quedasen atrapados, por lo que se decidió el corte en ambos sentidos", añadió el citado portavoz de la DGT.

Protestas a pie de carretera