El Médico de la Salsa define sus temas como música "sin prejuicios"
El mayor fenómeno de la música cubana actúa en España
Manuel González Hernández, conocido como Manolín, El Médico de la Salsa, es el cantante cubano más popular de los años 90. Vende más discos que nadie, sus actuaciones provocan alborotos y es discutido con rara acritud; toda la isla corea su famoso Que le llegue mi mano (Mami... yo tengo amigos en Miami), pero el tema no suena en las emisoras cubanas. Tras su paso por el Midem de Cannes, el cantante, que define su música como "salsa sin prejuicios", está de gira por España: mañana actúa en Barcelona y después en Bilbao (día 28), Valencia (29), Madrid (30) y Sevilla (31).
Contemplando las fotos de Juan Pablo II y Fidel Castro en las portadas de los periódicos, Manolín no puede disimular una sonrisa de asombro: "¡Chico, lo que hay que ver!". Le complacen especialmente las informaciones que hablan del emotivo retorno de algunos exiliados a Cuba, algo que coincide con el mensaje de su penúltimo éxito, conocido popularmente como Mami... yo tengo amigos en Miami.- "¡Es que todos los cubanos tenemos amigos, conocidos, familia fuera de la isla; sencillamente, que son más las cosas que nos unen que las que nos separan. Hay que acelerar ya la reconciliación. Yo no concebí esa canción como una provocación: está sacada de un disco que se titula De buena fe y no por casualidad; en Cuba, ha sido recibida así. Sin embargo, aunque no haya sido prohibida oficialmente, nadie se atreve a ponerla en la radio".Ese veto oficioso es un síntoma de la extraña posición de Manolín en la galaxia de la música cubana. De hecho, se aprecia una molesta unanimidad en los artículos que se publican sobre él en la prensa cubana: generalmente, empiezan echándole barro ("no afina bien, no es un gran improvisador, no tiene cultura musical, abusa de los estribillos pegajosos"), antes de enfrentarse con el irritante dato de su desbordante popularidad. Para Manolín, esa hostilidad obedece a varias razones. Entre algunos de sus colegas se le considera un intruso: "Yo soy un médico que se graduó en 1992; no pasé por las escuelas de música, pero he tenido más éxito que cualquiera. Un éxito demasiado inesperado, demasiado grande y demasiado rápido". Cierto: Una aventura loca, Somos lo que hay,Me pasé de copas o Arriba de la bola, se han integrado en la vida diaria de los cubanos.
La crítica hacia Manolín también se manifiesta en las llamadas controversias: David Calzado (La Charanga Habanera) o Paulo Fernández (Paulito y su Élite) atacan en directo al Médico de la Salsa, y esas gracias rimadas, difundidas en casetes piratas, son la comidilla de la isla: "No sé si se debe a que vivimos un tiempo de crisis y todos estamos muy alterados. Es rentable meterse con El Médico por cobrar 20 dólares en locales para turistas, aunque David o Paulito hagan luego lo mismo. Pero yo tengo la bendición de Juan Fornell (Van Van) y José Luis Cortés (NG La Banda), que son lo más grande de la música cubana actual y no se fajan conmigo".
Todo sirve en esta batalla. La supuesta ostentación de la boda de Manolín fue piedra de escándalo: "Mi mujer estaba embarazada y decidimos casarnos. Viajé a Cancún a trabajar y, cuando voví, mis amigos me habían preparado una fiesta en la Marina Hemingway. ¡Yo no quería presumir de nada! El supuesto yate de lujo que alquilé era un barquito que nos llevaba de un lado a otro del canal. La boda no me costó ni un dólar. Y también los cubanos podemos disfrutar de las áreas turísticas".
El hecho de que la conversación siga por estos enojosos derroteros no significa que Manolín se desinterese de la música. Una objeción del periodista respecto al exceso de sintetizadores en De buena fe pasa sin comentarios, pero después de apagado el magnetófono, Manolín se afana en explicarse: "Quería experimentar con la tímbrica y nos salió algo muy serio. Nuestra música es llamada timba, hipersalsa y mil cosas más, pero yo prefiero denominarla salsa sin prejuicios".
"El próximo disco será más rítmico, más pícaro, más directo. Y luego nos queda el reto del disco en vivo. Entonces se podrá comprobar que El Médico es un sonero de verdad".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.