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Una ley regional evitará el negocio de la compraventa de farmacias

Vicente G. Olaya

El Gobierno regional está dispuesto a acabar con el negocio de la transmisión de farmacias. La venta de estos establecimientos sanitarios aporta a los boticarios que se dedican a comerciar con ellos pingües beneficios. La Consejería de Sanidad ha elaborado un borrador de ley regional que impide que un boticario pueda vender su establecimiento a partir del momento en que reclama uno nuevo a la Administración.Esta medida intenta evitar que los farmacéuticos con botica sigan arrebatándoles las farmacias a los parados. Hasta ahora, los licenciados con farmacia han jugado siempre con ventaja a la hora de lograr los nuevos permisos de apertura. Como estas oficinas sanitarias se conceden mediante un concurso de méritos (que prima los años de ejercicio de la profesión sobre las notas y estudios universitarios), los licenciados con establecimiento, y por tanto con años de trabajo y muchos puntos, copan siempre las nuevas licencias.

Cuando los farmacéuticos con botica logran el permiso para una nueva, y dado que no pueden tener legalmente dos abiertas a la vez, venden la primera al mejor postor. Con el mínimo esfuerzo (75.000 pesetas para los gastos de papeleo administrativo para presentarse al concurso de méritos), el farmacéutico con botica obtiene así permiso para abrir el nuevo negocio. Paradójicamente, podría vender la primera licencia lograda al mismo parado al que le ha ganado en el concurso de méritos. Las licencias se están pagando en el mercado libre de boticas a precios que oscilan entre los 80 y 300 millones de pesetas: local y existencias aparte.

Ahora, la nueva ley que prepara Sanidad prohíbe todo este tipo de prácticas. Cuando un farmacéutico con botica obtenga un segundo permiso de apertura, tendrá que abandonar obligatoriamente el primer establecimiento. La Comunidad sacará a concurso de méritos la licencia perdida.

Hasta ahora, el boticario con trabajo, si no quería vender el permiso, podía cederlo a un familiar de primer grado que fuese farmacéutico. Por eso, todos los miembros de una misma familia podían tener farmacia. Bastaba con que uno de ellos, el abuelo por ejemplo, tuviese muchos puntos (años de profesión), fuese ganando concursos y cediera las licencias obtenidas a sus descendientes.

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Sólo los licenciados en farmacia podrán heredar los negocios de sus padres o cónyuges

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El borrador de ley que prepara la Consejería de Sanidad contiene una batería de medidas que cambiará radicalmente el negocio de las farmacias, tanto en su transmisión como en su concesión. Éstas son algunas de las propuestas:

Sólo una generación. La legislación vigente permite que, si el titular de la botica muere, la farmacia (el permiso que ganó por concurso de méritos el titular) pueda ser heredada por sus descendientes. Incluso si el hijo al que se va a pasar el negocio no ha acabado la carrera de farmacéutico, se puede contratar a un adjunto (un titulado en paro) para regir el establecimiento del padre hasta que el vástago acabe los estudios. Al terminar la carrera, y sin haber hecho ningún mérito, la farmacia le está esperando al chaval.

La nueva ley cambia estos privilegios. Establece que la farmacia podrá pasar a los herederos en primer grado (mujer e hijos) siempre y cuando sean farmacéuticos titulados. Este tipo de transmisiones sólo puede hacerse una vez. Los nietos ya no tendrán farmacia, a no ser que la ganen por concurso de méritos o la compren.

Subasta de méritos. Otra de las novedades de la ley es que, a partir de ahora, la venta se hará con luz y taquígrafos. Los farmacéuticos con botica tendrán que comunicar a la Comunidad el precio exacto por el que están dispuestos a vender el establecimiento. Esa cantidad será trasladada al Ministerio de Hacienda. Todas aquellas personas que dispongan, por ejemplo, de los 100 millones requeridos por el boticario, tendrán que presentarse, a su vez, a un concurso de méritos. Se quedará con la botica el que más puntos tenga, no el que más dinero ponga sobre la mesa. De esta manera se evita que en la venta exista dinero negro.

Nuevos adjuntos. El borrador de la ley obliga a aquellas farmacias que facturen más de una determinada cantidad (la establecerá posteriormente la Consejería de Sanidad) a contratar a un adjunto. A todos los hospitales de Madrid se les obliga también a contar con un boticario especialista por cada 200 camas o fracción.

Incompatibilidades. Uno de los puntos del borrador que más ampollas puede levantar es el de las incompatibilidades. Los titulares de las boticas, sus adjuntos y trabajadores licenciados en farmacia no podrán. ejercer "cualquier otra actividad que exija el título de farmacia". Este punto, que aparece en el borrador, aún no está cerrado definitivamente. Los redactores de la ley mantienen fuertes discrepancias sobre este asunto.

El farmacéutico de toda la vida, acompañado. Los farmacéuticos podrán seguir en solitario al frente de sus negocios hasta los 70 años. A partir de esa edad tendrán obligatoriamente que contratar a un adjunto.

Genéricos. El borrador permite que los boticarios puedan sustituir los medicamentos recetados por los médicos por genéricos (fármacos sin marca con la misma composición y más baratos).

14 pueblos sin botica. La ley que prepara el Gobierno regional sigue reclamando, como la legislación nacional, un mínimo de 2.800 habitantes para que un boticario pueda pedir con posibilidades de éxito una farmacia. También se le podría conceder, tras el pertinente concurso de méritos, si encontrase un núcleo aislado con menos habitantes. En el caso de que en ese núcleo viviesen menos de 1.000 vecinos, la farmacia no se podrá abrir. Estos ciudadanos tendrán que conformarse con la del pueblo de más de 1.000 habitantes más cercano a ellos. Sanidad calcula que existen entre 12 y 14 municipios con estas características.

El borrador de la ley será entregado hoy al Colegio de Farmacéuticos, a los grupos políticos y a las asociaciones de parados y de consumidores. Se espera que la ley sea aprobada por la Asamblea a mediados de año. El Colegio de Farmacéuticos, al no tener aún la ley, rehusó hacer ayer declaraciones.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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