Europa mantiene el veto a la carne hormonada
La Unión Europea mantendrá el embargo decretado en 1989 contra la importación de la carne con hormonas, según declaró ayer con satisfacción el portavoz de la Comisión Europea, Klaus van der Pas, al conocer la decisión salomónica de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El tribunal de Apelación del Órgano de Solución de Diferencias de esta entidad emitió ayer en Ginebra un dictamen salomónico al asumir por un lado los argumentos de los países apelantes -los quince- y los de Washington por otro, lo que mantiene en el aire los interrogantes sobre el libre comercio de este producto alimentarlo.
El dictamen señala que el embargo de la UE a la importación de carne con hormonas viola las normas de comercio internacional, lo que ha dado pie a Estados Unidos a cantar victoria por esta resolución.
Más pruebas
También señala que la pruebas científicas aportadas por Los Quince sobre los eventuales riesgos de este tipo de carne en la salud humana no son suficientes. De ahí que haya concedido a los europeos un plazo de 15 meses para que presenten pruebas contundentes en este sentido.
Pese a ello, el organismo internacional del comercio reconoce el derecho de todo país a dotarse de medidas sanitarias más severas que las definidas por las normas internacionales. "Se trata de un derecho importante de los gobiernos", dice en su dictamen.
"Nos felicitamos de la decisión de la OMC al reconcer nuestro derecho a fijar nuestros propios niveles de protección alimentaria. Estamos tan satisfechos que mantendremos el embargo", afirmó ayer el portavoz de la UE.
Para Estados Unidos, sin embargo, el dictamen reafirma la condena inicial de la OMC en agosto último contra la prohibición y cree que la posibilidad de presentar nuevos informes científicos no es más que una maniobra dilatoria, según Rita Hayes, embajadora de este país ante la OMC. Washington autoriza la carne hormonada desde hace años al estimar que es inocua para la salud humana y apeló contra el embargo de las UE argumentando que se trataba de una argucia proteccionista de los europeos, quienes pretenden evitar la entrada a su mercado de carne más barata.Madrid AGENCIAS
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