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La UE considera un fiasco la inversión hecha en Oriente Próximo y reclama mayor protagonismo

Xavier Vidal-Folch

Bruselas La Comisión Europea lanzó ayer la alarma: el proceso de paz en Oriente Próximo afronta su "crisis más grave". Y se replanteó radicalmente el papel europeo en la zona. Su "enorme esfuerzo" de cooperación financiera durante cinco años "ha fracasado" en el objetivo de levantar la economía palestina, aunque no en el de "mantener vivo" el proceso de paz. Para evitar nuevas frustraciones propone asociarse a todo foro político de negociación, bajo el liderazgo de EE UU, y coordinar toda la ayuda financiera, por ser el primer donante internacional.

La comisión aprobó por unanimidad una comunicación muy crítica sobre "El papel de la UE en el proceso de paz y en la asistencia futura al Próximo Oriente", a propuesta de su vicepresidente, el español Manuel Marín, responsable de la política mediterránea. Al presentarla públicamente ayer, Marín afirmó que espera "polémica, pero alguien tenía que decir la verdad de lo que sucede"La tesis básica del documento es que el "enorme esfuerzo de cooperación" que pretendía "construir una economía palestina" sostenible y capaz de colaborar con Israel "ha fracasado", pues desde que se inició en 1993 el proceso de paz, la economía palestina "ha empeorado". Las pruebas son números: el PIB palestino per cápita se ha reducido en más de un 35%; las pérdidas ocasionadas por los cierres de fronteras a cargo de Tel Aviv representan anualmente un 7,4% del PIB; el paro se ha duplicado, del 20% a más del 42%, y las inversiones privadas son inferiores a la cuarta parte de las que fluían en 1993.

El programa de cooperación para apoyar el proceso de paz ha supuesto una transferencia desde Europa de 270.000 millones de. pesetas en los últimos cinco años. La "principal causa de la ausencia de éxito" se encuentra en "las medidas adoptadas por Israel para aislar a los territorios palestinos del mundo exterior, los cierres" de fronteras internas, indica el documento. Y aunque éstos no se produjeran, como ni los importadores y exportadores palestinos disponen de igualdad de oportunidades con los operadores israelíes, "se impide todo desarrollo económico" de los territorios autónomos.

Para más inri, el esfuerzo europeo ha sido muy superior al del resto, y además ha tenido que suplir los incumplimientos ajenos. El dinero transferido por la UE ha sido el 54% del total, cuando en la Conferencia de Donantes de Washington de 1993 se comprometió al 38%; mientras que Estados Unidos, que prometió aportar el 22%, sólo ha contribuido con un un 10%, apenas más que Arabia Saudí (8%) o que Japón (6%).

La "intensidad" de este esfuerzo, afirma la Comisión, "revela la determinación de la UE de desempeñar un papel político completo en la región". Si la ayuda ha sido infructuosa en lo económico, política y socialmente "no ha sido en vano", porque "ha evitado el hundimiento de la Autoridad Palestina y de la economía palestina", ha mejorado las infraestructuras y ha "mantenido vivo el proceso de paz", sostiene Bruselas. "Los objetivos políticos se han cumplido plenamente", remachó Marín.

Por eso, la UE pretende ampliar su influencia política y reclama que tanto las dos partes como Washington la incluyan en "todos los foros creados para apoyar las negociaciones", destacando sin embargo que no se discute el "papel determinante" de EE UU en el patrocinio de la pacificación. Y la comisión propone asimismo a los 15 Gobiernos reconsiderar la continuación de la ayuda financiera para cuando este año acabe el actual programa: "SI hay que proseguir la ayuda, debe ser redefinida" de manera que el principal contribuyente sea también su "principal coordinador", reivindica. En caso contrario, sugirió Marín, Europa podría ayudar "directamente" a los palestinos, sorteando los pesados dispositivos multilaterales.

El documento renueva los compromisos europeos con las dos partes. Reitera la disposición de la UE "a poner todo su peso político al servicio de la seguridad de Israel". Y le recuerda que precisamente el desarrollo económico palestino "representa la mejor garantía" para esa seguridad. La recesión palestina "alimenta las frustraciones y, a largo plazo, la violencia", advierte a Tel Aviv.

Al Gobierno de Arafat, al que critica por "la imagen de mala gestión" que posibilita las acusaciones de "ineficacia, corrupción y nepotismo", le pide transparencia y le promete ayuda técnica para alcanzar el objetivo de la libertad de comercio.

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