"La amenaza no es la política rusa, sino lo que allí pueda pasar"
, Finlandia sufrió una auténtica hecatombe económica cuando la Unión Soviética se derrumbó como país y potencia en los primeros anos noventa. Era tal la dependencia del temido vecino, que la economía finlandesa conoció una caída del 12% y el paro creció hasta un 20%. Fue la peor caída del siglo. Pocos años después, Finlandia es miembro de la unión Europea (UE) y consigue notas de sobresaliente en los criterios para ingresar en la Unión Monetaria con la primera oleada de países, en 1999. El giro ha sido tan radical que su primer ministro, Paavo Lipponen, habla del "milagro de Finlandia". Este líder socialdemócrata de 56 años, que dirige el Gobierno finlandés desde 1995, ha viajado a España dentro de una serie de visitas a varios países comunitarios. Intenta propagar una "dimensión Norte" dentro de la UE.Pregunta. Finlandia y España comparten excelentes cifras macroeconómicas, pero también el problema del paro. Parece que algo falla a la hora de trasladar esos buenos resultados económicos a la población. ¿Cómo se puede combatir esto?
Respuesta. Mi Gobierno ha conseguido estabilizar la economía y ahora cumplimos los criterios de Maastricht. Hemos generado crecimiento. Llegamos a tener cerca de un 20% de paro, y este año ha bajado al 13% o al 14%. Lo que debemos hacer es desarrollar una política europea de crecimiento y estabilidad, ése es el gran desafío. Finlandia está invirtiendo ahora mucho en investigación y desarrollo. Se está subiendo del 2,3% del Producto Nacional Bruto en 1996 al 2,9% en 1999.
P. Finlandia estuvo bajo la esfera soviética hasta el derrumbe de la URSS, en 1991, y ahora está en la UE, desde 1995. Es un gran cambio para el pueblo finlandés. ¿Qué signfica para ustedes ese paso?
R. El milagro finlandés es que al mismo tiempo teníamos el objetivo de desarrollar buenas relaciones con la URSS para evitar cualquier conflicto y progresivamente integrarnos en Europa occidental. Así que la neutralidad nos ayudó a integrarnos en Occidente. Pero en el periodo de la posguerra fría, era fundamental que ingresáramos en la UE. Hemos encontrado nuestro lugar en la Europa de la posguerra fría. Para nosotros era incluso una cuestión existencial.
P. Pero en las primeras elecciones al Parlamento Europeo en Finlandia, en 1 996, ganó el Partido del Centro, el más euroescéptico. ¿Tal vez la población es euroescéptica?
R. Sí hay un cierto grado de criticismo en Finlandia, pero el debate entre el sí y el no no es un conflicto fundamental en la sociedad finlandesa, tal y como ocurre en Suecia. Tenemos que tomar en serio ese escepticismo, pero no creo que eso afecte a la cuestión de ser miembros. La gente finalandesa tiene un punto de vista realista hacia ello.
P. Los Bálticos intentan entrar en la OTAN. ¿Cómo observa Finlandia ese posible ingreso, que puede enfadar a Rusia?
R. El problema es que ellos tienen una gran necesidad de encontrar su lugar en esta nueva Europa. Por eso apoyamos sus candidaturas a la UE. Respecto a la OTAN, tenemos que respetar sus opciones. En lo que a Finlandia respecta, nuestra posición de no alineación es algo que tiene todo el apoyo del electorado, en un 80% o 90%. Lo que queremos es una estrecha cooperación con la OTAN, sin ser miembro.
P. ¿Tienen miedo a Rusia?
R. Trabajamos mucho para comprometer a Rusia en la cooperación europea. También a nivel bilateral. Creo que el peligro, la amenaza, no es la política de Rusia, sino el desarrollo interior en Rusia, lo que allí pueda pasar. Y eso es lo que en la UE debemos tener en cuenta. Debemos apoyar a Rusia. Sea comunista o capitalista, Rusia es una gran potencia, y tenemos que reconocerlo.
P. ¿Qué papel quiere jugar Finlandia en el nuevo orden mundial?
R. Tenemos que implicar a la UE en esa idea de la dimensión del Norte. Nos necesitamos mutuamente, no podemos aislarnos. Tenemos que aceptar ese reto.
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