La refundación del nacionalismo espanol en "Memoria del 98"

La humillación producida por el desastre de 1898 y los emergentes nacionalismos periféricos modernizaron la idea de nación, española, afirma el catedrático Andrés de Blas Guerrero en el capítulo 15 de Memoria del 98, que mañana se entrega con el ejemplar de EL PAÍS.El desastre militar hizo en buena medida que se hundiera la confianza en el propio Estado nacional; sin embargo, la mayoría de los ciudadanos españoles optó por refugiarse en unas renovadas lealtades de signo nacionalista tras el fracaso. El temor al movimiento obrero controlado por el socialismo y el anarcosindicalismo fue un elemento clave para la formulación del nacionalismo de signo conservador.

A partir de 1898, los planteamientos nacionales españoles tendrán que elegir entre, la difícil liquidación de los nacionalismos periféricos o su integración. Andrés de Blas estima que en líneas generales hubo más de lo segundo que de lo primero; en este sentido, recuerda los delirios antiespañoles de Sabino Arana y los exabruptos más difuminados en el recuerdo de buena parte del primer nacionalismo catalán. El historiador Javier Varela analiza el nacionalismo económico. Antonio Morales y Mariano Esteban pasan revista a la literatura del desastre. Santos Juliá recuerda el aluvión de metáforas sobre la degeneración de la raza y la muerte de la nación entre los intelectuales de hace cien años.