Un dulce para la denuncia

, La Puerta del Sol se quedó ayer pequeña para acoger a varios milse de madrileños, 5.000 según algunas fuentes, que se congregaron para degustar el tradicional roscón de Aldeas Infantiles. El objetivo de esta iniciativa era denunciar los abusos sexuales y laborales que sufren muchos niños. La organización no gubernamental fue creada en 1967 para la defensa de los menores y el reparto de dulce cumplía su undécimo aniversario.El pastel, de nueve metros de largo, uno de ancho y 20 centímetros de grosor, fue preparado por el pastelero José Pedro Orio. El dulce, de 1.600 kilogramos y servido con 400 litros de chocolate, puso la nota sabrosa a la víspera del día de Reyes.

La fiesta comenzó a mediodía con el tradicional corte del roscón que efectuaron conjuntamente el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, el maestro pastelero Orio y el presidente de Aldeas Infantiles, JuanBelda. Para su elaboración se emplearon 967 kilogramos de harina, 150 de azúcar, 250 de mantequilla, 3.000 huevos, 36 litros de ron, levadura, agua de azahar, ralladura de naranja y limón y diversos tipos de fruta y almendra. Durante los tres últimos días, 14 personas se dedicaron por completo a su preparación. Costó tanto, según el pastelero, que fue necesario cocerlo por partes. De hecho, su precio en el mercado resulta "incalculable". "El secreto para hacerlo es ponerle mucho cariño. Los empleados se vuelcan porque se sienten orgullosos de ser ellos los que han participado en su elaboración", confiesa Orio. El roscón de este año pesaba 400 kilos más que el fabricado el año pasado (1.200 kilogramos).

El presidente de la ONG se mostró satisfecho por la respuesta que una vez mas dieron los madrileños a su convocatoria. "Al igual que el cocido en mayo, este acto es ya una tradición. Se trata de recordar a la gente la situación de muchos niños que sufren por razones sexuales o laborales", explicó. Según Aldeas Infantiles, unos 400.000 niños españoles necesitan algún tipo de ayuda social. Los cálculos para la región madrileña son más difusos: no existen estadísticas. "El problema es que los malos tratos se dan de puertas adentro y no suelen denunciarse", declaró Juan Belda.

Durante el acto de la Puerta del Sol, voluntarios de la organización se distribuyeron por la zona para recaudar fondos. Pero no era necesario donar ninguna cantidad para comer una de las 16.000 raciones que se repartieron. La gente pudo repetir después. Los comensales destacaron el fino sabor del roscón y su esponjosa textura. Hubo tres afortunados con la sorpresa del roscón: tres viajes a París, para dos personas cada uno.