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GOLPE A LA PAZ EN CHIAPAS

Un grupo paramilitar asesina a 46 campesinos indefensos en una remota aldea de Chiapas

La sangre corrió el lunes de forma estremecelora en Chiapas. Un grupo de paramilitares asesinó a 46 indígenas indefensos, la mayoría mujeres y niños, en una remota aldea de este conflictivo Estado mexicano. El tiroteo duró varias horas. Se trata de la peor matanza desde que en 1994 la guerrilla zapatista se levantase en armas. El ataque, que conmocionó a todo el país, dejó decenas de heridos, que ayer comenzaron a inundar los hospitales de la región, donde, según fuentes médicas, el espectáculo era "dantesco". De las 46 víctimas, hay 21 mujeres, 14 niños y un bebé, según el presidente de la Cruz Roja en San Cristóbal de las Casas, Mauricio Rosas. Todos presentaban heridas de machete y disparos con armas de fuego de gran calibre.

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Los paramilitares, aparentemente vinculados al Partido Revolucionano Institucional (PRI), que desde 1929 gobierna México, culminan así una campaña de terror contra simpatizantes zapatistas que comenzó tras la ruptura de las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla el año pasado, y que ha dejado al menos 150 muertos en los últimos tres meses, según diversos grupos de derechos humanos.El episodio, aún muy confuso, ocurrió en la región de Los Altos, en la comunidad de Acteal. Las informaciones, contradictorias, iban llegando ayer con cuentagotas. Según el testimonio de un herido, un grupo de simpatizantes del PRI de varios poblados cercanos atacó a las familias residentes en Acteal, partidarias del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla de base indígena surgida en Chiapas en enero de 1994.

"Llegaron los priístas y empezaron a disparar. Yo tengo nueve familiares muertos", declaraba el indígena tzotzil Ernesto Méndez a una emisora de radio. Méndez, que pudo huir de la comunidad, aseguró que el tiroteo se prolongó durante varias horas y que había muchos muertos. La agresión se habría desencadenado por la muerte de un priísta, ocurrida la semana pasada.

Hospitales desbordados

En la noche del lunes comenzaron a llegar los primeros heridos a San Cristóbal de las Casas, situada a 40 kilómetros del poblado. En esos momentos, la Cruz Roja hizo un primer intento por entrar en Acteal, pero desistió, puesto que aún podían escucharse disparos esporadicos.Los hospitales de la región estaban desbordados, con los pasillos manchados de sangre, donde retumbaban los gritos de mujeres y niños. El director del hospital estatal de San Cristóbal de las Casas, Francisco Millán, aseguró a la agencia Reuters que a su unidad habían llegado al menos 13 personas con heridas graves. Una niña de cuatro años se encontraba en coma con el cráneo destrozado por una bala expansiva. Otro niño había perdido la mandíbula.

Uno de los campesinos que se encontraban en Acteal en el momento del ataque, Erasto Ruiz Pérez, vio a un grupo de unos 15 paramilitares, armados con rifles de asalto AK-47 (popularmentee conocidos como cuernos de chivo) y R - 15, entrar en el pueblo cuando los indígenas celebraban un oficio religioso por la paz. Informes posteriores aseguran que el grupo de asaltantes llegaba a los 60 hombres.

El Gobierno de Chiapas, en manos del PRI, guardó inicialmente silencio, aunque a última hora confirmó los datos adelantados por la Cruz Roja y las autoridades religiosas de San Cristóbal de las Casas.

El obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz, un destacado mediador en las conversaciones de paz entre los zapatistas y el Gobierno de Ernesto Zedillo, acusó al Ejecutivo chiapaneco de no haber hecho nada por detener la matanza, que según el prelado, "estaba anunciada".

En los últimos días, el Gobierno de Chiapas otorgó unos 575.000 dólares (más de 80 millones de pesetas) al grupo Paz y Justicia, presuntamente responsable del ataque del lunes, para fomentar la producción agraria, según la prensa local. Diversas fuentes afirman que el dinero es parte del apoyo del Gobierno estatal a las acciones de contrainsurgencia en Chiapas, según informa la agencia Efe.

Las razones últimas del ataque, más allá de causar terror entre las bases de apoyo a la guerrilla, no están claras. Pero evidentemente se enmarcan en los violentos enfrentamientos que a lo largo de las últimas semanas en el área de Chenalhó (donde se encuentra Acteal, la aldea atacada el lunes) entre simpatizantes del EZLN y grupos paramilitares apoyados por el PRI y por los grandes terratenientes chiapanecos.

El presidente nacional del PRI, Mariano Palacios Alcocer, negó que su partido tuviera nada que ver con la masacre y criticó las "explicaciones simplistas" del conflicto que desgarra Chiapas.

Desde finales de noviembre, miles de indígenas se han echado a las montañas cerca de Chenalhó, a pesar del frío y de, la escasez de alimentos, tratando de escapar a una escalada de violencia paramilitar y policial sin precedentes desde la ruptura de las negociaciones de paz en septiembre de 1996.

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