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España cree que Europa y las autonomías facilitan la cosoberanía de Gibraltar

La reclamación española de la soberanía de Gibraltar "ha adquirido un contenido y una dimensión diferentes" como resultado del proceso de construcción europeo y de la construcción del Estado democrático de las autonomías. Así lo afirma el documento entregado por España al Reino Unido la semana pasada en el que se ofrece a Gibraltar un marco estatutario más amplio que el que tienen el País Vasco, Navarra o Cataluña. El ministro de Asuntos Exteriores español, Abel Matutes, se lo presentó el miércoles a su homólogo británico, Robin Cook, y éste lo recibió en principio con cierta frialdad.

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Además de las instituciones de autogobierno, de la singularidad linguística y de un régimen propio económico y fiscal, la propuesta contempla el derecho a tener un régimen especial de la judicatura y a mantener una doble nacionalidad. La co-soberanía con el Reino Unido se plantea por un periodo transitorio no cuantificado como garantía para la población llanita, mientras se desarrolla ese amplio régimen autonómico.El documento, de 12 páginas, leído y entregado el pasado miércoles por el ministro español de Asuntos Exteriores español, Abel Matutes, a su homólogo británico, Robin Cook, en Londres apenas tuvo eco en la opinión pública británica y recibió una cortes y fría acogida por parte del Gobierno que preside el primer ministro Tony Blair. El tema, en cualquier caso, ha quedado sobre la mesa de negociación a la que británicos y gibraltareños pueden aportar sus propias ideas. Ese gesto diplomático no impidió que el propio ministro británico de Asuntos Exteriores, Robin Cook, afirmara, en una carta publicada en el diario The Times al día siguiente, que no cabe un compromiso con España sobre la soberanía de Gibraltar.

El texto, además de esbozar los rasgos generales de la oferta de autonomía a la población gibraltareña, hace una reflexión sobre el concepto de soberanía, a la luz del proceso de construcción europea y "el proceso de descentralización que ha caracterizado a la construcción del Estado democrático español de las autonomías", sobre el que se construye.

Los 'deseos' de los llanitos

"La soberanía, como título jurídico e histórico sigue siendo la misma y a ella se refiere nuestra reivindicación. En cambio, los poderes efectivos del Estado que tradicionalmente se consideraban incluidos en el concepto han cambiado y en esa medida nuestra reclamación de la soberanía de Gibraltar ha adquirido un contenido y una dimensión diferentes", remarca en otro apartado el documento español.Esta reflexión, añade el citado documento, puede ser de interés cuando se refiere al escollo tradicional de la negociación: los "deseos" de la población gibraltareña.

El ministro español Abel Matutes subrayó que el compromiso adquirido por la Corona británica de respetar los deseos de la población gibraltareña no vincula jurídicamente a España, pero admite que ello supone un obstáculo objetivo a la solución del contencioso.

"Como Estado democrático no podemos concebir la obtención de una solución al problema de la soberanía que se imponga por la fuerza a la voluntad de los ciudadanos de Gibraltar que se verían afectados por una nueva situación de soberanía", se admite en el texto aportado por España.

"Pueden estar tranquilos los gibraltareños, y olvidar la absurda propaganda sobre la supuesta intención española de forzarles a una salida contraria a sus intereses" añade el texto remitido por Matutes a Cook.

Para el Gobierno de España, "lo que importa es que la consideración que el Gobierno británico ha dado hasta ahora a los deseos de los gibraltareños ha sido la un subterfugio o excusa para no entrar en una negociación a fondo de los problemas que nos separan en relación con Gibraltar".

Para superar este juego británico, que nació del preámbulo de la Constitución concedida por el Reino Unido al Peñón de Gibraltar en 1969, la propuesta española subraya que el contexto político actual no es el mismo que cuando se concibió la idea de los "deseos" gibraltareños y su expresión libre, y democrática.

Y en este sentido, la alternativa española a este conflicto subraya: "Hoy en día no tiene ninguna justificación esta medida de precaución o cautela para compensar los temores de la población de Gibraltar de verse englobada en el contexto de un régimen político español no democrático".

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