

Cómo gestionó el Barcelona la muerte del doctor Miñarro: “Queremos ganar por Carles”
Tras el súbito fallecimiento del médico antes del duelo frente a Osasuna, Flick se encuentra frente al inesperado desafío de revitalizar al grupo anímicamente


Aunque resulte paradójico en un ambiente tan competitivo, por momentos también inescrupuloso, los vestuarios de fútbol acostumbran a establecer un vínculo familiar, sobre todo en los malos momentos y cuando existe un buen líder, capaz de amalgamar la unión del grupo. “El nuestro no es un trabajo cualquiera. Aquí nos pasamos mucho tiempo juntos, muchas concentraciones, muchos viajes. Es hasta normal que se genere un vínculo familiar”, recuerda un empleado del Barcelona. El razonamiento, sin embargo, no lo realiza un día cualquiera. Lo hace horas después del súbito fallecimiento, durante la concentración del primer equipo en la previa del partido ante Osasuna, de Carles Miñarro, segundo en el cuerpo médico azulgrana, un hombre discreto y querido, clave en la nueva estructura del staff que había diseñado el director deportivo Deco. Una muerte que dejó tocado anímicamente a los miembros del primer equipo del Barça, esencialmente al vestuario.
“El presidente [Joan Laporta] dijo alguna cosa en el vestuario y yo hablé ayer [por este lunes] con el equipo”, explicó Hansi Flick, antes de que el Barça reciba al Benfica por el duelo de vuelta de los octavos de final de la Champions League (18.45, Movistar). Miñarro falleció durante la tarde del domingo en el hotel en el que el Barça se preparaba para la visita de Osasuna. Fue justo antes de salir al estadio Olímpico Lluís Companys cuando en la directiva del Barça saltaron las alarmas. En el autocar que desplazaba al staff —no era el mismo que el de los jugadores— faltaba Miñarro. En ese momento, el personal de seguridad pidió permiso para entrar en la habitación del doctor, mientras que, para que no se generara un ambiente extraño en la plantilla, se autorizó su salida rumbo a Montjuïc.
En ese momento, la prioridad de la cúpula de la entidad catalana fue la de cerrar filas. “No se puede filtrar nada”, pidieron. Su principal misión era gestionar con eficiencia la situación para que la familia del doctor no se enterara por la prensa. De entrada, hablaron con LaLiga para explicar lo sucedido. Mientras tanto, el propio Joan Laporta se estaba encargando de contactar con la mujer de Miñarro. Una vez que logró localizarla —había hablado primero con la madre—, se dirigió al vestuario azulgrana en Montjuïc para comunicarle la noticia a los jugadores. “Fue un palo muy grande para ellos, estaban todos muy afectados, especialmente Gavi y Dani Olmo”, recuerda un empleado. Fue Miñarro, precisamente, el que convenció a Gavi de no continuar en el campo la tarde en que chocó su cabeza con Conechny en el partido frente al Alavés. “Para Dani era un amigo”, explican las mismas fuentes. Miñarro había sido el jefe de los servicios médicos en el Sabadell, durante la etapa en la que Miquel Olmo, padre del azulgrana, entrenaba al equipo. “Tenía una relación personal con la familia”, añaden.
Después de que la mayoría de los jugadores expresara su dolor en las redes sociales, Hansi Flick habló con la plantilla el lunes por la mañana. Minutos después, en la previa del entrenamiento, realizaron un minuto de silencio. “Es una gran pérdida, era una gran persona y un gran doctor. Era increíble para el equipo y para el club, era una pieza fundamental en nuestro equipo. Lo echaremos de menos, pero a veces así es la vida”, explicó Flick.
El club azulgrana solicitó a la UEFA que no tuviera que comparecer ningún futbolista del Barcelona en la previa del duelo ante el Benfica —tal y como indica el protocolo del máximo organismo europeo—, como también realizar un minuto de silencio antes de que comience el encuentro frente al cuadro de Lisboa. “Estamos preparados para ello. Debemos continuar, es nuestra faena. Es una situación importante para el club y queremos hacerlo bien”, insistió Flick. El alemán quiere cuidar a su familia azulgrana, paradójicamente, de la que presumía justo en la previa del duelo contra Osasuna que no se jugó. “En el vestuario hay muy buen ambiente. Es magnífico y especial. Para mí, eso es lo más importante y es su principal virtud: todos tienen cuidado de los otros. El buen ambiente también es con los miembros del staff. Todos creemos en el plan y el proyecto”, había subrayado Flick cuando se le preguntó por cómo era entrenar a este Barcelona. Ahora su energía no solo está puesta en hacer funcionar al equipo en el campo, sino también en cuidarlo en el vestuario. Un desafío inesperado y doloroso para Flick: “Queremos jugar por él. En esta situación, es muy importante ganar por Carles”.
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