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Barcelona BCN
3
Raphinha 10', 41', Lamine Yamal 26'
Benfica BEN
1
Otamendi 12'
Finalizado

El barcelonismo se emociona con Lamine

El Barça se clasifica para los cuartos de final de la Champions después de una primera parte pletórica, coronada por los goles del extremo catalán y de Raphinha, ante un valiente Benfica

Lamine Yamal
Raphinha (derecha) celebra el tercer gol del Barcelona ante el Benfica con Lamine Yamal.Albert Gea (REUTERS)
Ramon Besa

El Barça se abrazó tan emocionado como aliviado a un triunfo categórico y terapéutico en Montjuïc. El pebetero del estadio olímpico se volvió a encender con la zurda mágica de Lamine. Los azulgrana no solo ganaron un partido que no necesitaban ganar para firmar su clasificación para los cuartos de final de la Champions, sino que el triunfo era una exigencia impuesta por el propio equipo de Flick. Los futbolistas querían explicar con una victoria convincente que si no jugaron el sábado contra Osasuna fue porque no podían —y no porque no quisieran— después de la pérdida del doctor Miñarro. El médico era un miembro más de la plantilla barcelonista y se quiso guardar el duelo hasta el encuentro con el Benfica. La despedida más sentida y agradecida pasaba por vencer sin excusas a los portugueses en una cita alterada además por el descanso liguero, el horario (18.45) y un marcador difícil de gestionar como es el 0-1.

BCNBarcelona
3
Wojciech Szczesny, Ronald Araujo, Alejandro Balde, Iñigo Martínez (Eric García, min. 86), Jules Koundé, Pedri, Dani Olmo (Gavi, min. 69), Frenkie de Jong (Marc Casadó, min. 80), Raphinha, Lamine Yamal (Fermín López, min. 81) y Robert Lewandowski (Ferran Torres, min. 69)
BENBenfica
1
Anatolii Trubin, Tomás Araújo (João Rêgo, min. 83), Samuel Dahl, Nicolás Otamendi, António Silva, Fredrik Aursnes, Florentino (Leandro Barreiro, min. 69), Orkun Kökçü (Andrea Belotti, min. 69), Vangelis Pavlidis, Andreas Schjelderup (Zeki Amdouni, min. 55) y Kerem Aktürkoglu (Renato Sanches, min. 55)
Goles 1-0 min. 10: Raphinha. 1-1 min. 12: Otamendi. 2-1 min. 26: Lamine Yamal. 3-1 min. 41: Raphinha
Arbitro François Letexier
Tarjetas amarillas Antonio Tavares Da Sila (min. 47)

Aunque los azulgrana nunca han sabido especular desde la llegada de Flick, ni siquiera con el marcador a favor, aprenden con el tiempo a leer mejor los partidos, especialmente cuando se juntan Olmo y un soberbio Pedri. Los dos ayudaron a tener la pelota y a no perder la cabeza, a activar las piernas para las transiciones de Balde, Koundé y Raphinha, cuando más embestía el Benfica. Los portugueses no dieron la ronda por perdida hasta el 3-1 y el Barça no pensó que el partido estaba ganado ni con la mejor versión de Lamine, desbocado en ausencia de Carreras, el lateral que tanto le abrumó en Lisboa. Las finas y verticales llegadas de los azulgrana dejaron sin sentido a un rival convencido de que la única diferencia habida en las dos derrotas de Da Luz había sido la efectividad y el oportunismo de Raphinha.

El brasileño volvió a marcar dos goles antes de alcanzar el descanso después del excelente debate futbolístico abierto en Montjuïc. La presión alta del Benfica, fuerte en las bandas y en los cambios de orientación, contrastaba con el futbol calmo, aseado y dañino como una daga del Barça. No sorprendió hasta cierto punto que al cuarto de hora el resultado fuera de 1-1. Los barcelonistas se recrearon tanto con el 1-0 de Raphinha después de una prodigiosa jugada de Lamine, que dos minutos después cedieron el empate a la salida de un córner descuidado por Araujo, peinado por Lewandowski y rematado por Otamendi. Apenas hubo tiempo para degustar la conducción, el control, el regate y la asistencia de Lamine en el 1-0 después de sentar a Florentino y Otamendi en una acción que evocó el célebre regate de Messi a Boateng.

La igualdad, en cualquier caso, duró muy poco porque volvió a aparecer Lamine para celebrar un gol relativamente parecido al que marcó a Francia en la Eurocopa. El delantero porfió por la pelota para que no saliera por la banda a la salida de una falta, encaró y recortó a Araujo para progresar por dentro y armar un tiro suave y cruzado con el interior de su pie izquierdo que no tuvo réplica posible para Trubin. Los aficionados se pusieron en pie y atronaron los aplausos. El juego era tan preciso en ataque como en defensa por la línea del fuera de juego tirada por Iñigo Martínez. Los remates del Benfica quedaban anulados por el banderín del linier ante la flema de Szczesny. Los barcelonistas, siempre muy compactos, respondieron con paciencia e inteligencia a la valentía del rival.

Los goles dependían sólo del acierto en el tiro, en la manera de acabar las jugadas elaboradas desde la paciencia colectiva y aceleradas por Pedri y Olmo, siempre pendientes de Raphinha, Lamine y Lewandowski. El polaco chutó al bulto en una oportunidad que parecía gol o gol antes de que Balde recuperara un balón en su área y tirara un contraataque sobrecogedor que culminó Raphinha, que ya cuenta 11 goles en la Champions para un total de 27.

Asegurada la victoria, el Barça reguló los esfuerzos en la segunda parte y descansó con el balón, consciente de que el domingo aguarda el Atlético en la Liga y que su rival en cuartos de la Champions será el Lille o el Borussia Dortmund. No supo cómo replicar el Benfica ante un contrario que interpretó qué demandaba el partido en cada momento mientras la hinchada buscaba la manera de volver a ver los goles de Lamine y Raphinha. La nostalgia ya no hay que buscarla en 2015 sino en un invicto 2025.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.
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