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Una vía diplomática que supera el estatuto de la colonia

La diplomacia española mantiene que su oferta supera ampliamente el estatuto jurídico actual de la colonia británica y, por tanto, el Gobierno de Gibraltar"aumentaría su poder y sus competencias", manteniendo "intactas sus prerrogativas". Además, el entendimiento con España haría desaparecer las tensiones actuales que no permiten a "Gibraltar contemplar y planificar un futuro de prosperidad".El documento español no es solo una zanahoria ofrecida a las autoridades y a la opinión pública gibraltareña, ya que contiene también una seria advertencia en caso de que la oferta sea ignorada.

En primer lugar avisa de que el Gobierno de Madrid seguirá impidiendo que "Gibraltar viva y prospere a costa de España y especialmente a costa de la región cercana del Peñón, que sufre las peores consecuencias de la existencia en su vecindad de un magno mercado libre y escasamente controlado en medio de su propio territorio".

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En segundo lugar, el mantenimiento del estatus que será la continuación de la "vigilancia para contrarrestar la dinámica hacia una separación de Gibraltar de la cobertura británica incompatible con el estatuto de colonia según el derecho internacional". Las pretensiones gibraltareñas en materia de finanzas (banca y seguros), tarjetas de identidad, pasaportes o carnets de conducir, seguirán siendo combatidas firmemente por España en el marco de la Unión Europea.El Gobierno español advierte así que no accederá nunca al deseo de las autoridades de Gibraltar que pretenden un cambio en el estatus del Peñón que, manteniendo "un vínculo teórico de soberanía con el Reino Unido o incluso la integración total", pueda "burlar el mandato descolonizador de las Naciones Unidas y con ello la pretensión española a la descolonización negociada bilateralmente".

España es consciente de las seguridades dadas recientemente por las autoridades británicas "en el sentido que no puede modificarse el statu quo sin tener en cuenta la dimensión española", lo que refleja que el Reino Unido es "consciente de la extrema gravedad que tendría para nosotros cualquier intento de modificar unilateralmente la situación".

La oferta española se inscribe en el marco del llamado proceso de Bruselas, que se inició en la capital belga en 1984, en la que España se comprometió al libre tránsito de personas, vehículos y mercancías así como a las comunicaciones aéreas. "Todas ellas fueron prontamente cumplidas por España", afirma el documento, sin que se haya puesto en evidencia en todos estos años "una voluntad negociadora británica en el aspecto de la soberanía".

La diplomacia española afirma que su paciencia se ha agotado y que esta oferta de "buena fe" marcará un punto de inflexión en las negociaciones sobre Gibraltar.

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