La intervención precoz, clave para corregir trastornos del lenguaje

En plena era de las telecomunicaciones, cuando cada vez se hace más necesario saber manejarse ante un móvil, un fax, un módem o Internet para no quedar aislado, aún hay personas que tienen problemas para comunicarse cara a cara, incluidos sus seres queridos. Principalmente son niños y su incapacidad, denominada trastorno del lenguaje, puede ser corregida o atenuada siempre que sea detectada a tiempo, tal y como concluyeron los 500 . especialistas reunidos días atrás en el V Simposio de Logopedia de Madrid.La dificultad para aprender a hablar puede ser consecuencia de otro problema: sobre todo sordera, deficiencia mental, parálisis cerebral y autismo, o bien ser lo que se llama un trastorno específico del lenguaje (TEL), que afecta a cerca del 10% de los niños españoles menores de siete años. La diferencia esencial está en que los primeros parten de un diagnóstico médico previo a que el niño empiece a hablar (salvo algunos casos de retraso mental), permitiendo la intervención preventiva y la imprescindible concienciación de la familia, mientras que el TEL, por contra, no se puede predecir antes de los tres años.

En la detección precoz de un problema de adquisición del lenguaje intervienen pediatras, profesores y la familia del niño, que debe estar siempre atenta-más aún si hay antécedentes familiares. próximos de trastornos del lenguaje, sordera, tartamudez, etcétera- Adoración Juárez, presidenta del Buró Intemacional de Audiofonología, subraya, la importancia de que la familia aprenda a comunicarse con el niño especial y participe en su terapia: "El niño aprende a hablar en casa, los logopedas les ayudamos a desbloquearse con técnicas y recursos complementarios, pero no se puede sustituir a la familia".

La importancia de la intervención precoz se explica porque hasta los cinco años los niños adquieren el lenguaje de forma natural, sin esfuerzo, mientras que a partir de esa edad deben aprenderlo: un sacrificio comparable al de un adulto con un segundo idioma, pero agravado, además de por su deficiencia concreta, por carecer de una estructura de lenguaje previa. Otra razón es evitar las reacciones negativas que el trastomo del lenguaje produce en el entorno (familia, colegio, amigos), complicando sus síntomas.

Según explica Marc Monfort, logopeda, el lenguaje forma parte de la imagen social, lo cual conlleva que "a menudo se hagan chistes de gangosos, tartajas o sordos, aunque su inteligencia sea normal o superdotada. Cualquier dificultad del lenguaje o del habla, por muy mecánica que sea, y peor aún si no lo es, supone un problema tremendo de integración social, porque la asociación entre hablar mal y pensar mal es inmediata en la sociedad". Monfort advierte que en el proceso de comunicación intervienen dos personas, lo que hace tan importante que unos aprendan a hablar mejor como que los otros aprendan a entenderlos.