Cuestión de principios
Estas líneas las escribo a raíz del artículo publicado en EL PAÍS del 14 de noviembre titulado Mi posición en el 'caso GAL', de José Barrionuevo Peña.En su artículo, José Barrionuevo afirma rotundamente y reitera con la misma intensidad que las acusaciones que se ventilan contra el Gobierno liderado en su día por Felipe González, así como contra el partido socialista, son totalmente inicuas, constituyen todas ellas atentados flagrantes contra la verdad democrática y constitucional.
Nos da a entender el señor Barrionuevo que lo que sucedió durante el tiempo de vida de los GAL, o bien fue una fantasía o ilusión óptica de franceses y españoles, que lo de los GAL fue una patraña inventada por no sé quién, o bien que, por otro lado, lo de los GAL es cierto que sucedió, pero que ni el Gobierno socialista ni el PSOE tuvieron nada que ver con eso, sino que los autores de aquellos actos vandálicos fueron los integrantes de un
,ejército fantasma con el afán nada cuestionable de querer fastidiar a los gobernantes de aquella época.
Me parece una actitud bizarra la que acoge José Barrionuevo al querer asumir él solo toda la responsabilidad del caso GAL -que, por otro lado, no es poca-, pero me parecería mucho más noble y adecuado a su condición que dejase actuar a la justicia para que la misma culpase a los verdaderos autores y responsables.
Por último, me gustaría, si se me permite, rogar al señor Barrionuevo que no haga un uso aleatorio e indiscriminado de versos tan maravillosos como los de J. A. Goytisolo para utilizaros a su libre albedrío y atendiendo únicamente a intereses particulares.-
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