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Goebbels funde música y teatro en un adiós al dramaturgo Heiner Müller

El Ensemble Modern estrenó 'Negro sobre blanco' en Sevilla

Margot Molina

Una partitura dentro de otra. Así fue el estreno en España de Negro sobre blanco, un espectáculo firmado por el compositor alemán Heiner Goebbels que pudo verse el pasado sábado en el teatro Central de Sevilla. En el montaje, música y teatro de vanguardia se funden gracias a la maestría de los 17 componentes del Ensemble Moderm, para quien Goebbels creó especialmente esta obra con la que le dice adiós al dramaturgo Heiner Müllet.

En esta producción del Theater am Turm (TAT Frankfurt), los actores-músicos se mueven por tres largas filas de bancos, como si ellos mismos fueran las notas de una partitura. Desde un arpa hasta el silbato con el que la tetera avisa cuando el agua hierve, Goebbels hace sonar decenas de instrumentos en un espacio escénico creado por Jean Kalman, quien también firma el acertado diseño de luces del montaje. "Aunque el espectáculo parece improvisado, hasta el último movimiento está previsto. La obra da esa sensación porque la improvisación formó parte de la creación. Goebbels nos conoce muy bien, llevamos diez años colaborando con él, y Negro sobre blanco es el fruto de siete de meses de trabajo conjunto", explica Peter Rundel, violinista y director del Ensemble Modem. Sin embargo, Rundel se apresura a añadir: "la partitura puede interpretarla otra formación". El grupo se creó a principios de la década de los ochenta por una veintena de jóvenes, ninguno tenía más de 25 años, y entusiastas músicos. "Nuestro objetivo es ser algo más que un puñado de intérpretes que ofrecen conciertos ordinarios, somos también actores y creadores", comenta el contrabajista Thomas Fichter. El espectáculo, que el grupo estrenó en marzo de 1996 en Francfort, tiene comprometidas 60 actuaciones durante dos años en 15 países distintos. En nuestro país, sólo ha podido verse un unico día en el teatro Central de Sevilla. "Muchos compositores contemporáneos siguen la misma línea de trabajo de Heiner Goebbels, para quien la música es tan importante como el movimiento escénico o la iluminación. El público está cansado de los conciertos en los que todo está en su sitio", comenta Rainer Romer (percusionista).

Negro sobre blanco se basa en los textos Sombra, de Edgar Allan Poe -palabras que suenan en la voz del mismo Heiner Müller-, Tierra baldía, de T. S. Eliot y L'attente Foubli, de Maurice Blanchot. La noticia de la muerte de Müller, en diciembre de 1995, hizo que Goebbels se planteara el espectáculo como un homenaje al dramaturgo junto a quien él mismo se dio a conocer en la década de los ochenta. Pero no se trata de un réquiem, sino que indaga en la continuidad del arte más allá de las personas que lo fomentan.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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