Desvelado el mecanismo magnético que calienta la corona del Sol
La corona solar, la capa más externa de la atmósfera de la estrella, alcanza temperaturas de tres millones de grados, mientras que la superficie visible del astro está a unos 6.000º. ¿Qué mecanismos actúan? Hasta ahora no había respuesta, a pesar de que los científicos se plantearon este problema hace 55 años, cuando se midió por primera vez la temperatura de la corona. Sin un mecanismo físico capaz de transferir energía térmica de la superficie a la corona, debería actuar alguna forma de ondas o de energía magnética, pero no se había logrado medir nada así.La solución al enigma la ha proporcionado el observatorio solar Soho, situado en el espacio interplanetario a un millón y medio de kilómetros de la Tierra y con el Sol permanentemente a la vista. "Ahora tenemos evidencia directa de la transferencia de energía magnética procedente de la superficie del Sol hacia la corona", ha explicado Alan Title, líder de esta investigación. "Hay energía más que suficiente saliendo de los bucles de la alfombra magnética para calentar la corona hasta las temperaturas conocidas. Cada uno de estos bucles lleva tanta energía como genera una planta hidroeléctrica en un millón de años", continúa este científico del Instituto Stanford-Lockheed de Investigación Espacial (EE UU). La energía fluye de los bucles cuando interactúan, produciendo cortocircuitos eléctricos y magnéticos, con corrientes eléctricas muy fuertes que son las que calientan la corona hasta en millones de grados.
El Soho -satélite científico de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y de la NASA- ha observado continuada y detalladamente el Sol. Los científicos han visto los gases calientes de la corona interaccionando con los campos magnéticos enraizados en la superficie solar, con un burbujeo continuo de cientos de miles de concentraciones magnéticas, lo que Title llama alfombra magnética. Estas concentraciones tienen polos magnéticos de los que arrancan los bucles que alcanzan la corona.
Los investigadores han analizado la evolución de muchas de estas pequeñas concentraciones magnéticas. "Hemos descubierto, tras su aparición, que un pequeño bucle magnético típico se fragmenta y se desplaza y desaparece en unas 40 horas", explica Title. "Es difícil entender cómo un efecto de tan corta vida puede ser controlado por la capa que está 160.000 kilómetros por encima de la superficie solar. Esto puede indicar que un proceso desconocido funciona en o cerca de la superficie formando continuamente estos bucles".
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