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La harina obtenida de una 'vaca loca' fue distribuida a tres países

La harina obtenida del cadáver incinerado de una res belga afectada por la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o mal de las vacas locas, fue incluida en un lote de 1.200 toneladas de alimentación animal distribuido en Bélgica, Holanda y Polonia, según informó ayer un portavoz del ministerio de Agricultura en Bruselas.

La vaca contaminada constituye el primer caso de EEB detectado en Bélgica, según confirmaron las autoridades de este país la pasada semana después de que los restos del animal fuesen sometidos a diversos análisis, algunos de ellos realizados en un centro especializado del Reino Unido, el país donde tuvo origen la epidemia. Al parecer, la vaca afectada no fue incinerada como correspondía porque el veterinario pensó que se trataba de un caso de rabia. Cuando se descubrió su verdadera enfermedad ya era tarde, por lo que no se pudo realizar el procedimiento reservado a estos casos.

Los servicios belgas de inspección veterinaria han advertido a Holanda y Polonia que verifiquen si ha sido entregada dicha mercancía. Los portavoces de Agricultura han subrayado que la harina no presenta peligro desde el punto de vista científico puesto que se ha preparado de una manera segura.

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