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Lealtad territorial

La noticia de portada de todos los periódicos nacionales y de todos los informativos de radio y televisión del pasado fin de semana fue las cuentas de la Expo 92. Pérdidas de decenas de miles de millones, atribuidas a la rumbosidad andaluza en la interpretación más benevolente y al robo puro y simple en la más malévola.Desde el momento en que saltó la noticia hasta hoy, nos hemos ido enterando de muchas cosas. Que el informe del Tribunal de Cuentas no dice lo que la agencia Efe decía lo que decía. Que el propio informe no fue aprobado por unanimidad, sino que hubo discrepancias entre los consejeros del Tribunal, que se tradujeron en algunos votos particulares. Que, en todo caso, no se había detectado ninguna irregularidad que estuviera tipificada penalmente...

Y sin embargo, todos, desgraciadamente todos, los medios de comunicación transmitieron como información veraz una información no contrastada. El resultado, de difícil reparación, es que Andalucía volvía a ser presentada como manirrota, rumbosa, frívola, etcétera.

Vaya por delante que no se trata de pedir que no se examinen las cuentas de la Expo, sino de que sé examinen como todas. Si hay un informe del Tribunal de Cuentas que tiene que ser elevado a las Cortes para que sea examinado por una Comisión Mixta Congreso-Senado, que se eleve, que se analice y que se extraigan las consecuencias que tengan que extraerse. Pero que se siga el orden que tiene que seguirse y no otro, decidido única y exclusivamente para este caso no se sabe muy bien por qué ni con base en qué información. ¿Por qué había que transmitir información sesgada y parcial a la opinión pública antes de que las Cortes pudieran examinar la información completa y fiable?

Lo que no es tolerable es que dicho informe sea filtrado tendenciosamente, que una agencia estatal le de curso de manera todavía más tendenciosa y que el mensaje se transmita urbi et orbe sin la más mínima verificación. Tras los titulares de este pasado fin de semana y las posteriores acusaciones políticas, ¿hay alguna posibilidad de que se discuta con seriedad el balance de la Expo? ¿No va a ocurrir lo mismo que con la famosa "amnistía" de los 200.000 millones?

Pero es que hay más. La filtración espuria del informe del Tribunal de Cuentas y su difusión "oficial" ha coincidido con el momento en que el Gobierno se ha visto obligado a aprobar definitivamente las cifras del censo de 1996, en el que figuran 400.000 andaluces más que en el censo anteriormente utilizado para la financiación autonómica. ¿No hay ninguna relación entre esta filtración y la negativa del Gobierno a reconocer a esos 400.000 andaluces a efectos de la participación de la comunidad autónoma en los ingresos del Estado? ¿No se estará contruyendo el escenario para justificar lo injustificable?

Hasta el momento Andalucía ha jugado lealmente en el interior del Estado de las Autonomías. Ha sido un elemento decisivo en la definición de la estructura del Estado y es el territorio no castellano donde menos tendencias centrífugas se han puesto de manifiesto.

Pero la lealtad territorial en un Estado políticamente descentralizado es un camino de dos direcciones. El Gobierno de la nación no puede exigir lealtad, si él mismo no se comporta lealmente. Golpes bajos como el del fin de semana pasado no pueden ser aceptados. Y menos todavía que no se rectifique. Después de haber hecho lo que ha hecho, ¿cómo puede mantener el Gobierno en su puesto al director de la agencia Efe?

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