La clínica Dexeus envió españolas a EE UU para buscar madres de alquiler
Los responsables del centro médico creen que la ley de 1988 debe modificarse
En España sólo se reconoce como madre a quien da a luz. Por eso el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) decidió enviar en 1995 a dos españolas al Estado de California. Una agencia les buscó una madre de alquiler, y al cabo de los nueve meses, y tras gastarse unos siete millones de pesetas, las dos obtuvieron hijos que salieron de otros úteros. En el consulado español declararon que habían parido mientras se encontraban de viaje, y así eludieron la legislación española (véase EL PAÍS del domingo pasado). Pedro Barri, jefe de medicina de la reproducción en la clínica Dexeus (Barcelona), también envió a EE UU a cuatro españolas.
Fue a partir de 1994. A Barri se le presentaron en consulta unas pacientes con óvulos capaces de ser fecundados por el esperma de sus parejas, pero sin la posibilidad de gestar al niño en sus entrañas. Entonces las remitió a Los Ángeles (Estados Unidos), donde el doctor Gabriel Garzo se encargaría de introducir sus embriones en el útero de una mujer previamente contratada. En dos casos el embarazo de la madre de alquiler o subrogada no llegó a producirse y tampoco se intentó de nuevo.Pedro Barri, igual que el director del IVI, Ramón Pellicer (Ver EL PAÍS del pasado domingo), opina que la ley española debería ofrecer una solución a casos en que la indicación médica es "tan clara y evidente". "De todas formas", añade, "la modificación de la ley es una de las cosas que hay que estudiar en la comisión nacional de fecundación asistida, que fue convocada hace un mes por el ministerio de Sanidad.
Marcelo Palacios, ginecólogo que redactó por encargo del PSOE el borrador de la ley de reproducción asistida que se aprobó en 1988, muestra sus reparos a una modificación de la norma. "Tenemos la mejor ley del mundo, la más completa del mundo. Es la norma que ha servido de referencia a muchos países para redactar la suya", señala Palacios. "En su momento, ninguno de los 36 expertos consultados en su elaboración pidió que se permitiera el alquiler de útero en España. Y he asistido a muchos congresos desde entonces y ningún colega me ha comentado nada al respecto. ¿Por qué hay que cambiar la ley?", añade.
Casos muy contados
En referencia a algunas de las situaciones que según el director del IVI, la ley española debía regular ("como las mujeres con síndrome de Rokitanski, que nacen sin úteros") Palacios pregunta: "¿Cuántas mujeres entre cientos de miles nacen con ese síndrome?".Y en cuanto a las razones que le llevaron en su día a no aprobar el alquiler de útero en España, Palacios afirma: "Tengo muchísimas razones. Pero entre otras cosas, me molesta que se prostituya el cuerpo de la mujer, que se compre por razones de prevalencia intelectual o económicas. Quien suele alquilar un útero dispone de más dinero y más capacidad intelectual que la mujer que se ofrece para gestarlo. No por casualidad el resto de los países europeos siguió nuestro camino".
Palaciós explica también que legalizar el alquiler de úteros puede dar paso a algunos problemas: "Yo nunca fui madre pero fui padre. Puedo entender que una mujer que ha tenido un hijo en sus entrañas (porque amor entrañable viene de entrañas) por mucho contrato que haya Firmado con otra para darle el hijo, no me extrañaría nada que acabese sintiendo la responsabilidad de la maternidad". Y añade: "No es meter un embrión y que salgan a las seis semanas como en algunos animales... Son nueve meses día a día, con sus problemas, sus enfermedades, con su verlo crecer... No me extrañaría que no quisiera soltarlo."
Prevalencia intelectual
No obstante Palacios reconoce que hay mujeres que no pueden tener un hijo por no disponer de útero. "Soy el primero en sentir y lamentar esos casos, pero salvo en esas rarísimas excepciones, sería una pena que se ejerciese la prevalencia intelectual y económica. La mujer no es una cosa, es una personaEl presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (3.300 asociados), Luis Cabero coincide con Palacios, el redactor de la ley, en que son muy limitados el número de pacientes que pueden verse afectados por este problema. "Pero tampoco hay que negarles una solución a estos casos", precisa Cabero.
"El espíritu de la ley no debería de tocarse, sino añadir un subterfugio que permitiera tratar los casos muy excepcionales", concluye Cabero.
En California existen unas cuatro agencias que se dedican a buscar madres subrogadas y a proporcionar todo tipo de asistencia médica, jurídica y social. Este periódico se puso ayer en contacto con una de estas agencias, la que trabaja con la clínica Dexeus y confirmó que en estos momentos, de las 12 madres subrogadas con que cuentan ahora, dos han firmado contrato con dos mujeres españolas. Una de ellas se ha sometido a tratamiento para que le introduzcan en breve los embriones de la española. Y otra, se encuentra ya embarazada con un hijo de la pareja de España.
La demanda de pacientes hispanas ha llevado a contratar a algunas agencias californianas los servicios de traductores. Éste es el caso de la agencia Surrogate Parenting Services, en Los Ángeles, que cuenta con una intérprete mexicana todos los viernes. En otras agencias, como la del doctor Gabriel Garzo, es el propio médico el que habla castellano, cuestión muy importante a la hora de inspirar confianza y tranquilidad a las futuras madres españolas.
Ramón Pellicer, director del Instituto Valenciano de Infertilidad, declaró a este periódico el domingo que el hecho de que ciudadanas españolas tengan que salir al extranjero para contratar un útero de alquiler es como cuando los españoles tenían que viajar a Perpiñán para ver películas pornos.
"Yo nunca fui a Perpiñán para eso", señala Palacios. "Y en cualquier caso, esto de los úteros de alquiler nunca ha creado en España un conflicto social. ¿Cuántas personas han solicitado en España una gestación de alquiler?"
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