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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Música compleja y de una intensidad que impacta

Gran concierto de Gerardo Núñez, que en punto a creatividad está demostrando ser un nombre imprescindible de la guitarra flamenca. Aunque a él le guste explorar otras galaxias musicales.Ahora lo hace con este turco que se llama Arto T..., un percusionista nada convencional puesto que utiliza un bagaje de instrumentos tan poco usuales como una simple mesita de madera o agua clara y pura. Pero de ellos y otros chismes obtiene unos sonidos increíbles. Verdadero virtuoso, interpreta -secundado por Cepillo- dos o tres temas con la guitarra de Núñez que son de una belleza y una profundidad sorprendentes.

La guitarra de Gerardo Núñez, claro. Una guitarra con un sonido grave y jondo y de una intensidad expresiva que impacta. Los temas que Núñez interpreta en solitario, donde puede expresarse con absoluta libertad, son de una rara complejidad, pues no en vano Núñez es uno de los músicos que más profundamente está calando en la música flamenca. Y con más talento. A estas alturas de una carrera artística rica en logros bellísimos y de acusada impronta personal, está claro que Núñez seguirá aportando a su obra inventiva una excepcional capacidad de interpretación.

Concierto de Gerardo Núñez

Con Carmen Cortés (baile), Arto Tuncboyaciyan y Cepillo (percusiones), Vicente Cortés (guitarra), Guadiana, Joaquina Amaya y Londro (cante). Madrid. Teatro Nuevo Apolo, 1 de noviembre.

Buen cante

Gerardo Núñez ofreció además buen cante en las voces de Guadiana, El Londro y una joven Joaquina Amaya -hermana menor de Remedios-, a quien habrá que seguir con atención, porque seguramente hará una gran carrera; tiene nervio, voz brillante y muy grata y canta con gusto. Y bailó Carmen Cortés, por supuesto.Su baile por soleá, siempre personal, siempre complejo, como la música de su marido. Gerardo Núñez y Carmen Cortés se complementan admirablemente en sus conceptos artísticos de lo jondo. La soleá que vimos a la bailaora, de aristas duras, si se quiere, pero de sorprendente belleza, fue un difícil y hermoso ejercicio de desentrañamiento del género llevado hasta sus últimas consecuencias.

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