AIcalá aprueba el plan especial que protege su casco histórico
La corporación municipal aprobó ayer por unanimidad el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Alcalá de Henares (163.000 habitantes) y dio así un paso más en su empeño por que se declaren Patrimonio de la Humanidad las 90 hectáreas que lo constituyen. La Unesco, que concede el galardón, exige una normativa de este tipo. El pleno incorporó al plan una treintena de alegaciones.
Entre las quejas admitidas figura la de incluir en el catálogo de elementos protegidos tres estatuas históricas y que los sótanos no computen como metros edificados. Se desestimaron las que pedían el derribo de inmuebles discordantes con el entorno y se aplazó la discusión de las que solicitaban aparcamientos.Las alegaciones llevan un año esperando para ser discutidas en pleno. No se hizo antes porque la sentencia que dictó en febrero el Tribunal Constitucional anuló más de la mitad de los artículos de la Ley del Suelo de 1992, en la que se basaba el plan, lo que obligó a redactarlo de nuevo. De las 66 alegaciones presentadas, el pleno admitió el 50%. Los técnicos tendrán que incorporarlas al texto, que se someterá entonces a la aprobación definitiva del pleno. Tras este trámite, la norma entrará en vigor.
El plan del casco cataloga, fijando cuatro niveles de protección, 500 edificios de la ciudad antigua, el 60% de los existentes. A esta lista se unieron ayer las estatuas de Cervantes, El Empecinado y el cardenal Cisneros, ubicadas en el corazón del casco, además de las farolas centenarias de hierro forjado de la plaza de las Bernardas. Por otra parte, se ha especificado que son públicos dos jardines históricos que antes sólo estaban catalogados como zonas verdes: los 40.000 metros cuadrados de la Huerta del Obispo y el del antiguo Asilo de San Bernardino, cedidos por el Obispado y la Comunidad, respectivamente.
El plan establece las normas urbanísticas de lo que en un futuro se puede hacer en este casco, que reúne una zona medieval, otra renacentista y otra barroca. En este sentido, se aprobaron dos alegaciones.
Una de ellas establece que los sótanos y aparcamientos subterráneos de las viviendas o comercios (que sólo se podrán construir bajo edificios no catalogados) no cuenten como metros edificados. Así se pretende eliminar coches de la superficie.
La otra es que antes el plan establecía que las casas que en el pasado hubieran sido unifamiliares no se podrían dividir, con la intención de mantener el paisaje tradicional de la zona. Se ha considerado que la medida era muy dura, puesto que muchas son grandísimas y ahora se podrán reconvertir en varias viviendas con una extensión mínima de 120 metros cuadrados.
La corporación desestimó las propuestas de derribar el mercado municipal, la comisaría de policía y la farmacia militar, tres edificios modernos enquistados en el casco.
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