Kaunda llamó a las puertas de Angola
Angola se está convirtiendo en un país clave en el tablero africano. Este gigante petrolero, con excelentes relaciones con EE UU, Uganda, Ruanda y el nuevo Congo de Laurent Kabila, está ganando la batalla a la intratable guerrilla de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), que, según fuentes diplomáticas, agotó la paciencia de la ONU y el próximo jueves recibirá una andanada de sanciones por incumplir los acuerdos de paz firmados en Lusaka en 1994.
El presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, acogió calurosamente ayer en Luanda al reciente vencedor de la guerra civil en Congo-Brazzaville, Denis Sasu Nguesso, y a Kabila, que apuntilló a Mobutu en el antiguo Zaire. El potente Ejército angoleño desempeñó un papel decisivo en ambas contiendas. Pero no intervino gratis: de paso laminó las bases tanto de UNITA como de los independentistas de Cabinda, el riquísimo enclave petrolífero angoleño.
Kenneth Kaunda, el padre de la independencia de Zambia, se apresuró a asegurar ayer que no tenía "nada que ver" con el golpe contra Chiluba. Pero fuentes diplomáticas revelaron recientemente a este diario en Luanda que Kaunda pidió en septiembre al padrino Dos Santos armas y tropas. Parece que la demanda no fue oída. En cualquier caso es un indicio más del creciente peso de Angola en la región.
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