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Fracasa un chapucero golpe de Estado en Zambia contra el presidente Chiluba

Ni la vida ni el poder del presidente de Zambia, Frederick Chiluba, corrieron ningún peligro ante el chapucero golpe de Estado desencadenado en la mañana de ayer en Lusaka, la capital del país, y que fue ahogado a las pocas horas tras un breve tiroteo en el que murió un soldado de las fuerzas gubernamentales. Chiluba aseguró en una emisión radiofónica que la situación estaba "bajo control" tras la detención de veinte oficiales golpistas.

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"Les habla su presidente. Tengo el placer de informarles de que el plan del enemigo fue desmantelado. Fracasaron en su intento", declaró Chiluba a través de la emisora nacional zambiana, después de que fueran desalojados los militares que la habían ocupado a primeras horas de la mañana sembrando el temor en la capital de la antigua Rhodesia del Norte.Fuentes gubernamentales aseguraron que los golpistas "estaban borrachos". Al parecer, "los militares habían estado bebiendo durante toda la noche del lunes y a la mañana siguiente decidieron anunciar el golpe de Estado", confirmaron fuentes diplomáticas. Un autodenominado capitán Solo encabezó el pronunciamiento. Identificado posteriormente como el capitán Steven Lungu, el presunto cabecilla anunció la instauración de un Consejo Nacional de Redención -que pretendía acabar con la corrupción-, y proclamó que Chiluba sería "fusilado de inmediato" si no se rendía.

Aunque el golpe fue rápida: mente abortado por tropas lea les, el hecho revela que han crecido los sentimientos antigubernamentales en Zambia seis años después de que Chiluba asumiera la presidencia en los primeros comicios multipartidistas.

Chiluba, un hijo de mineros que aprovechó su posición en el potente sindicato del cobre para hacerse un lugar en el mapa político, derrotó a Kenneth Kaunda, el padre de la patria, en 1991, y renovó mandato en 1996 a pesar de fuertes acusaciones de corrupción y fraude electoral. Obsesionado con Kaunda, que tras sus 27 años de poder autocrático sigue gozando del favor popular, Chiluba enmendó la constitución para evitar que su predecesor (hijo de emigrantes de Malaui) pudiera volver a ser candidato a la presidencia.

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