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PREVENCIÓN

La educación sexual no se traduce en más sexo

Un estudio del Programa Común de Naciones Unidas sobre el SIda (ONUSIDA) concluyó que la educación en materia de salud sexual se traduce en un comportamiento sexual de menos riesgo, especialmente entre los adolescentes; y agregó que nada prueba que eso signifique una intensidad de su actividad sexual.

Peter Piot, director de ONUSIDA, informó sobre una amplia investigación efectuada en Estados Unidos, México, Suiza, Tailandia, Reino Unido y los países nórdicos. Y los resultados obtenidos de las campañas de prevención contra el sida entre la población que oscila entre los 12 y los 18 años, mostraron que "contribuyen a retrasar las primeras relaciones sexuales y a proteger a los jóvenes que tienen una actividad sexual contra las enfermedades transmisibles y contra los embarazos", explicó Piot.

Una de las críticas que se hacen a las campañas de educación sexual destinadas a impedir la propagación del virus de sida es que fomentan las relaciones sexuales entre los adolescentes. Para Peter Piot, esto es falso y, como prueba, mostró los resultados de la investigación de ONUSIDA.

El trabajo pasó revista a 68 informes en la materia en los países ya mencionados y sus ejes de interés fueron el impacto de los cursos de educación sexual y de la información sobre el VIH, en el comportamiento de los adolescentes.

Metodología

Sobre los 68 estudios analizados, solamente tres señalaron una relación estrecha entre esta educación y el aumento de las relaciones sexuales. Sin embargo, según Peter Piot, estos informes tienen "graves carencias metodológicas". Agregó que el resto de los estudios demostraron que es preferible ofrecer cursos de educación sexual antes de que los jóvenes inicien su vida sexual.Mientras que numerosos programas de educación otorgan una importancia más grande a la información sobre el VIH, sólo una educación de buena calidad produce un impacto sobre el comportamiento. Los futuros programas de educación deberán incorporar las características que han llevado al éxito a las precedentes experiencias, así como dispositivos que permitan evaluar su impacto.

África del Sur, Brasil, Uganda y Tailandia ilustran bien las buenas prácticas a seguir en las políticas y programas relacionados a la información escolar sobre el sida, incluso si algunos de estos países no están mencionados en la investigación.

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