Los trabajadores paralizan la producción de Ericsson en Leganés

Ninguno de los 2.300 trabajadores de la planta Ericsson de Leganés acudió ayer a trabajar, y tampoco ningún camión consiguió atravesar las puertas de la planta, que quedó paralizada en el primero de los tres días de paro convocados por el comité de empresa. La huelga fue secundada también, aunque no en su totalidad, por los empleados de las instalaciones que la multinacional sueca tiene en Méndez Álvaro, en la capital. Los trabajadores acusan a la dirección de haber empantanado las conversaciones sobre los 600 empleados que hay en los departamentos que Ericsson venderá a otras industrias como consecuencia de su estrategia mundial de reconversión tecnológica. Las negociaciones comenzaron el pasado junio, después de que la empresa anunciase que vendería el área de montaje de placas de componentes (donde trabajan 350 personas) a la multinacional americana SCI-Solectron. En un futuro hará lo mismo con la sección donde se construyen armarios y piezas metálicas (145 empleados) y la de cables (80).

Desde las cinco de la mañana de ayer, varios cientos de empleados se concentraron ante las puertas de la factoría ubicada en el polígono Nuestra Señora de Butarque, de Leganés. Algunos se encadenaron a los barrotes. Sobre las diez de la mañana se vivieron los mayores momentos de tensión cuando varias unidades de antidisturbios rodearon el recinto, pero no hubo incidentes. La unión comarcal de CC OO calificó de "provocación" la masiva presencia policial. Hoy, los trabajadores volverán a concentrarse para impedir que los camiones entren, pese a ser fin de semana.

Fuentes del comité de empresa aseguran que Ericsson pretende traspasar el mayor número de trabajadores a las empresas compradoras y piden que sólo una mínima parte se trasvase y que el resto sea recolocado , obtenga la prejubilación o la baja incentivada. El portavoz de Ericsson, Jaime de la Fuente, señaló: "Aquí no va nadie a la calle, hay gente que cambia de empresa".