De cómo gastando más se consigue cuadrar el déficit
Que los Presupuestos se modifiquen a lo largo del ejercicio es práctica habitual, hasta el punto de que las cifras finales nunca coinciden con las iniciales que aprueba el Parlamento. Siempre hay que hacer frente a gastos imprevistos que requieren créditos extraordinarios, o ampliar fondos para deuda pública si suben los tipos de interés. Lo que a primera vista no encaja es que, pese a ello, el déficit se reduzca incluso más de lo previsto, como sucederá en 1997.Las autoridades económicas, sus asesores y los diputados del PP tuvieron ayer que dar muchas explicaciones al respecto, tras difundirse el informe del jefe de la Oficina del Presupuesto, José Barea que critica una desviación de 600.000 millones en el gasto. Algunos diputados socialistas re conocían por su parte que lo importante no es la cifra, sino la descalificación política al Gobierno que supone atribuir ese exceso, como hace Barea, a la "falta de rigor" y a la "insuficiencia de mecanismos de control".
La explicación de que al final cuadren las cuentas e incluso mejoren los objetivos se debe, sobre todo, a que en otras partidas se va a gastar menos. Estaba previsto un gasto de 18, 10 billones de pesetas, pero a lo largo del ejercicio habrá otros 607.289 millones para partidas que el Gobierno no contempló (intereses de la deuda, multa por sobrepasar la cuota láctea, inundaciones, fondo de compensación interterritorial y ayuda a Bosnia).
Criterios menos estrictos
La cantidad inicial (18,10 billones) se convierte así en 18,70 billones, de los cuales el Gobierno no se gastará todo lo que sí tenía previsto. Por ejemplo, para inversiones públicas había presupuestado 944.641 millones de pesetas y sólo asumirá compromisos de gasto por valor de 820.700 millones. En menor medida ocurre lo mismo en otras partidas, lo que reduce el gasto final a 18,42 billones de pesetas.En los ingresos ocurre al contrario. La previsión era recaudar 16,11 billones de pesetas y finalmente se ingresarán 16,79 billones de pesetas (derechos reconocidos). La diferencia entre ingresos y pagos asciende así a 1,63 billones de pesetas, pero a esta cifra hay que hacerle nuevos ajustes contables (menos ingresos por algunas privatizaciones y más gasto por intereses de la deuda, sobre todo), para obtener la cifra de déficit que responde a los criterios que marca la Unión Europea. Se llega así a una cantidad de 1,92 billones de pesetas, cuando lo previsto eran 1,97 billones de déficit.
Lo que advierte Barea es que esa cifra se consigue "por circunstancias ajenas a la Administración" y que enlazan con el hecho de que la UE ha permitido contabilizar las cargas financieras y las deudas asumidas con criterios menos estrictos que en el pasado. Por eso dice que el año que viene "no se volverán a producir esas circunstancias" y llega a la conclusión de que esos 600.000 millones suponen una carga adicional para 1998.
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