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Científicos británicos obtienen embriones de rana sin cabeza y los dejan vivir 7 días

El experimento podría aplicarse al cultivo de órganos humanos para trasplantes

Isabel Ferrer

Embriones de rana sin cabeza ni cola, han sido obtenidos por científicos británicos en los laboratorios de la Universidad de Bath, al sur de Inglaterra. Aunque fueron destruidos al cabo de una semana, los responsables del experimento creen que los métodos aplicados a los batracios servirían para cultivar órganos humanos destinados a trasplantes. En este caso, en el saco embrionario faltarían el cerebro y el sistema nervioso central. Al no considerar las leyes vigentes dicho producto consecuencia de la concepción humana, su destrucción sólo ocasionaría reparos éticos.

Jonathan Slack, el embriólogo británico que ha dirigido estos trabajos, ha señalado al dominical The Sunday Times, que no hace falta reproducir un embrión humano completo similar al generado de forma natural. "La manipulación genética sirve para impedir el crecimiento de las partes del cuerpo no deseadas [el cerebro, entre ellas]. Sólo las necesarias para un trasplante de hígado, páncreas o riñones, además del corazón y el sistema circulatorio sanguíneo, servirían a estos propósitos" ha dicho. Según él, de poderse aplicar además al hombre las actuales técnicas de clonación animal, los enfermos podrían ver crecer sus nuevos órganos en el laboratorio a partir de una célula propia clonada. Ello resolvería el temido rechazo y la escasez de donaciones."Como los embriones completos y los úteros naturales están descartados, extraer una célula humana y propiciar el crecimiento de un órgano entero en una especie de probeta es más aceptable", ha declarado Slack. Sus batracios embrionarios modificados genéticamente debieron ser destruidos siete días después de su creación. Las normas vigentes emanadas del Ministerio británico del Interior consideran animales con todos sus atributos a los que tienen una semana de vida. Superado dicho plazo, deshacerse de ellos o prolongar el ensayo puede constituir un delito. Al borrar todo vestigio de humanidad en sus propuestas para embriones generadores de órganos, el especialista supone que las trabas legales desaparecerán también.

El proyecto, de todos modos, puede tardar varios años en ser viable. La clonación de ranas facilitó la llegada de Dolly, la primera oveja clónica del mundo, engendrada a partir de la célula mamaria de otra oveja adulta. Su sucesora, Polly, es transgénica y entre sus genes figura uno destinado a la producción de una proteína humana en su leche. La misma ayudará a combatir enfermedades como la hemofilia o la osteoporosis en las personas. Ambos ejemplares proceden del Instituto Roslin de, genética molecular de Edimburgo (Escocia). El mismo equipo que trabajó con ellas no ha descartado la posibilidad de que la clonación humana sea un hecho, desde el punto de vista científico, dentro de dos años.

Las barreras éticas para cualquiera de estos ensayos son mucho más difíciles de salvar. El propio Jonathan Slack acepta que sus ranas descabezadas pueden repugnar moralmente dentro y fuera del mundo de la ciencia. Andrew Linzey, experto en ética animal de la Universidad de Oxford, ha calificado sus investigaciones de "fascismo científico en busca de seres que servirían a un grupo dominante. Una forma mutante de vida que no tiene defensa posible". Lewis Wolpert, biólogo del University College de Londres, por el contrario, cree que las sugerencias de Slack no deben provocar polémica. "Su aceptación final dependerá de la opinión pública, porque no se hace daño a nadie", asegura. Lo que denomina factor asqueroso, por la repugnancia que produzca entre la gente pensar en un saco de órganos creciendo en un frasco, será en su opinión decisivo.

El traba o de la Universidad de Bath aparecerá el próximo jueves en el programa de documentales Horizon, de la BBC. Su segunda cadena tiene previsto incluirlo en un capítulo titulado El despertar de la era de la clonación, dedicado a la ya famosa oveja Dolly.

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