El general Bedoya, segundo en la lista de aspirantes a suceder a Samper

El antiguo jefe de las Fuerzas Armadas, ex general Harold Bedoya, pisa fuerte. Hace dos meses, tras desavenencias con el presidente Ernesto Samper, se quitó el uniforme que lució durante 42 años y se lanzó al ruedo político. Cuando dijo que quería ser presidente (en las elecciones de mayo de 1998) las encuestas le dieron un escaso 2%. Un mes después llegó al 12%. Esta semana la sorpresa fue aún mayor. En dos de las tres encuestas publicadas, Bedoya figura en los tres primeros lugares de preferencia del electorado y con el 18%. Sólo le supera Horacio Serpa, el ex ministro del Interior, mano derecha de Ernesto Samper y candidato del continuismo, con el 22%.

"La aceptación que tengo es señal de que los colombianos quieren, un cambio", declaró a EL PAÍS. "Soy el candidato", añadió, "de todo lo anti: antipolitiquería y anticorrupción, dos cosas que le han hecho mucho daño a Colombia".

Según muchos analistas, el que Bedoya haya subido como la espuma, desplazando en algunos casos al ex fiscal Alfonso Valdivieso y a candidatos sin partido como el excéntrico ex alcalde de Bogotá Antanas Mokus, se debe a que en un momento de desgobierno muchos creen que la salida al caos es la mano dura y la autoridad.

¿Es eso lo que usted representa? Y Bedoya responde: "El país está cansado de tanta mentira. Desde el año 1982 estamos hablando de palomas de paz, de banderas de paz, de convocatorias para la paz y la violencia sigue. Este Gobierno no ha sabido o no ha querido hacer nada para frenarla. El fenómeno se le salió de las manos". Bedoya no habla de diálogo: "Mi fórmula para la paz es autoridad".

Bedoya fue uno de los primeros en criticar duramente la propuesta de paz del candidato Juan Manuel Santos y del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. "Un despeje como el que se plantea es algo así como si España le diera a ETA el País Vasco". Y sobre la constituyente dice: "Lo que se pretende es sentar a delincuentes [así llama a la guerrilla y a los paramilitares] a redactar una nueva Constitución. Mi fórmula es someter a estos grupos al imperio del orden".