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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Puntualizaciones sobre Cuba

Quisiera, a mi vez, hacer algunas puntualizaciones a la carta escrita por don Martín Olalde, Bloqueo = hambre. En primer lugar debemos ser un poco más concienzudos a la hora de emplear la terminología. Lo que el señor Olalde denomina "bloqueo" es el embargo comercial estadounidense a Cuba. Este error no es tal, sino consecuencia de la visceralidad que impera en este asunto, un intento un tanto torpe de cargar las tintas contra el enemigo. Este embargo, aun siendo muy duro por razones obvias, no es comparable al que se aplicó a Irak tras la guerra del Golfo que no ha servido para nada y ha hecho sufrir a un pueblo, inocente de los crímenes de sus gobernantes.

Nuestro país se salta a diario el supuesto "bloqueo", y con él Canadá, México, el Reino Unido, Italia... ¿Tiene alguien la menor duda de que si Cuba tuviese dinero, que tuviese una fuente de riqueza (petróleo, diamantes ... ), no tendrían la menor dificultad en vender dicha mercancía? Todo lo que Cuba necesita está ahí: Japón, Alemania, Suecia, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Italia, España, Holanda y un largo etcétera se lo proporcionarían. Entonces, ¿cuál es el verdadero problema? La gente se sorprende mucho al observar que Corea del Norte no sufre bloqueo ni embargo alguno. Quiero decir que ese sistema político y económico que parecía indestructible en la antigua URSS y que se cayó él solo tendrá algo que ver, como el propio Olalde reconoce, de forma más o menos explícita.

Yo no simpatizo tampoco con la política exterior estadounidense ni, con Jorge Mas Canosa, pero cuando uno escucha y lee a los guardianes de la revolución se diría que todo es blanco o negro, y que si no defiendes sus tesis es que estás del lado del gringo, lo cual es una sucia trampa. Cada vez que polemizo con alguien sobre este tema tengo que soportar siempre la misma cantinela. El nivel de vida, los parámetros económicos, PIB, renta per cápita, etcétera, de Cuba en el año 1958 no eran los de la República Dominicana entonces y menos los de Haití. Es cierto que la revolución ha obtenido una serie de logros muy importantes, que ese talante es muy loable, por supuesto, y sobre todo porque ni Batista ni Grau ni Prio ni Machado lo tenían. No obstante, si uno se deja arrastrar por la pasión y carga las tintas en ciertos sitios y no es riguroso en otros, esto tiene un- efecto bumerán porque aquel que descubre tales inexactitudes termina por recelar.

Además, La Mina, El Pozo, etcétera, ya no son lo que eran hace varios años y, poco a poco, la cosa cambia (en España me refiero), lo que demuestra que el que no se pasa por allí a menudo es el señor, Olalde. Éste es uno de tantos estereotipos que se repiten sin parar, y, de verdad, que ya parece una consigna de alguien.

El señor Olalde no hace mención al problema de las llamadas jineteras porque sabe muy bien que el Gobierno cubano las mantiene en la calle porque son una fuente de divisas para el régimen. Tiene, no obstante, razón el señor Olalde al criticar a los países ricos, pero creo que si la madre Teresa no podía convencer a los países ricos de que cambiaran de postura, la mujer hizo lo que pudo. Sinceramente, no creo que los países industrializados se apoyen en estas coartadas. Está claro que harían lo mismo con o sin la madre Teresa. El que una persona opuesta ideológicamente pueda ser reconocida por su labor humanitaria no debería despertar tanto rencor. Al fin y al cabo, esta mujer abandonó una vida muy cómoda como docente en un colegio caro y privado para vivir entre los más pobres y entre enfermos de lepra. ¿Estaría el señor Olalde dispuesto a abandonar todo para irse con una ONG a la India y trabajar allí -el resto de sus días?-

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