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Tribuna
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'Morts pour la patrie'

Con los dos activistas muertos ayer en Bilbao son 43 los miembros de ETA que han perdido la vida en enfrentamientos con la policía desde 1968. A ellos hay que añadir otros 17 fallecidos al hacerles explosión artefactos que manipulaban. En ese mismo periodo ETA ha matado a 761 personas. "¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes/por qué hemos matado tan estúpidamente?". Hace diez años el escritor vizcaíno Jon Juaristi creía tener respuesta a esa pregunta: "Nuestros padres mintieron". Seguramente ahora no se mostraría tan categórico, pero lo cierto es que hemos seguido muriendo y matando por la patria. Alguien de la quinta de Juaristi, Eduardo Moreno Bergareche, Pertur, intentó hace 21 años encontrar una vía de desenganche para quienes habían quedado prendidos de esa máquina de producir víctimas y mártires, y lo pagó con su vida.El pasado viernes la policía judicial francesa esperaba encontrar sus restos en una tumba del pequeño cementerio de Biriatou en la que, según confesión de un antiguo activista, Pertur habría sido enterrado en julio de 1976, tras ser asesinado por miembros del sector de su propia organización partidario de proseguir la lucha armada. El resultado de la diligencia fue negativo, pese a que la pista parecía fiable. Como comentó el abogado Bandrés, es difícil de creer que alguien pueda ser tan malvado como para inventarse algo así.

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Biriatou es un pueblo de 700 vecinos situado a orillas del Bidasoa. En uno de los muros de la iglesia, lindante con el cementerio, hay una lápida con esta leyenda: Bere seme gerlan hil direnei Biriatuko herriak ("A sus hijos, que han muerto en la guerra, el pueblo de Biriatou"). Luego la lista de muertos, once nombres de vecinos caídos en la primera guerra mundial, a la que se añadieron los de otros dos que murieron en la segunda. Y debajo esta frase: Orhoit gutaz. En el otoño de 1925 otro escritor vizcaíno, Miguel de Unamuno, desterrado en Hendaya por el dictador Primo de Rivera, escribió un poema que lleva ese título: Orhoit gutaz, es decir, Acordaos de nosotros. En una excursión el exiliado descubre la lápida de Biriatou. Conmovido, escribirá el poema, que incluirá en el Romancero del destierro: "Pasasteis, hijos de mi raza noble, vestida el alma de infantil euskera/pasasteis mármol funeral de una iglesiuca..."

Se trata de una elegía al pueblo vasco representado por esos once vecinos que Unamuno imagina campesinos iletrados. Pueblo sin escritura, es decir, sin voz: taciturno. Vascos sin historia, que mueren sin saber por qué ("jamás esta pregunta/ terrible torturó vuestra inocencia").

En al menos dos ocasiones rememorará el escritor la impresión que le produjo esa lápida, y consta que se interesó por la suerte de al menos uno de los nombres que en ella figuran. Del primero de la lista, un tal Charles Aprendisteguy, escribió años después que procedía del molino que había a orillas del río fronterizo y que fue a morir en el Mediterráneo, frente a las costas de Gaza, a bordo de un crucero francés, "en una guerra cuyo íntimo sentido se le escapaba". A Unamuno le emocionó sobre todo el patético ruego de la lápida. Acordaos de nosotros es un grito llegado de muy lejos. "Hermanos humanos que viviréis después/ no tengáis contra nosotros el corazón endurecido", escribió en 1461 un François Villon condenado a morir ahorcado. Acordaos de nosotros es también la súplica que nos dirigen todos los Pertur sin sepultura.

Nacido en 1950 en San Sebastián, Eduardo Moreno Bergareche estudiaba en la facultad de empresariales de los Jesuitas de su ciudad cuando, poco después del juicio de Burgos, se afilió a ETA. En esa facultad coincidió con Gorka Knörr, el conocido cantante vasco, con el que intervino en varios recitales a comienzos de los setenta. Este Görka Knórr, es autor de una canción que fue bastante popular, por aquellos años y en la que ironizaba sobre las placas de morts pour la patrie tan frecuentes en muchos pueblos franceses. "Aquellos que sólo saben euskeral morts pour la Patrie!". Te preguntas, viajero, y no encuentras respuesta. ("Abajo el Bidasoa va y se pierde/ en la mar").

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