Kohl y Chirac proponen proyectos conjuntos en tecnología punta como pilares para la UE

El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller federal alemán, Helmut Kohl, acordaron ayer lanzar importantes proyectos de cooperación industrial, "especialmente en el sector aeroespacial, pero también en las telecomunicaciones", según el primer ministro francés, Lionel Jospin, que los presentó como pilares industriales europeos. Los dos dirigentes afirmaron además, al término de la 70ª cumbre franco-alemana, que "no existe la menor duda" sobre la entrada en vigor del euro, que será puntual y con los criterios de convergencia cumplidos en los dos países.

El presidente Chirac resaltó en la conferencia de prensa que el asunto de los fondos de cohesión europeos -de los que España recibe la mayor parte y Alemania considera que paga demasiado- es algo que requiere una concertación de los 15 países de la Unión Europea (UE) y que, por ahora, "es prematuro hablarlo".

Después de algunas idílicas afirmaciones sobre los objetivos de los dos países y su papel básico en Europa, Kohl y Chirac tuvieron que afrontar preguntas concretas sobre sus divergencias. A pesar de la voluntad de unificar criterios, persisten las diferencias en cuestiones tales como la cumbre europea del empleo o el papel del futuro Banco Central Europeo (BCE). Kohl declaró que no ha cambiado su posición sobre el empleo y que se citaron mal sus declaraciones en la cumbre de Amsterdam. Sin embargo, al canciller le traicionó el lenguaje cuando aludió a "la así llamada" cumbre del empleo. El "así llamada" tiene en alemán una connotación negativa, que puso de manifiesto las escasas simpatías de Kohl por esa cumbre, convocada a instancias del primer ministro francés Jospin, necesitado de satisfacer sus promesas electorales.

Tanto Kohl como Chirac dejaron fuera de toda sospecha que la presidencia del Reino Unido, en mayo del año próximo, cuando se tome la decisión sobre los países que entrarán en el euro, será impecable y expresaron su absoluta confianza en que el primer ministro Tony Blair ejercerá de forma imparcial el trabajo que le corresponderá al frente de la Unión Europea. Insistió Kohl en que el euro no es un problema de clima, sino que tiene que ver con la política cotidiana: "La unión económica y monetaria es un pilar para construir la casa europea".

El canciller Kohl planteó además la necesidad de una respuesta europea ante el consorcio aeroespacial de Estados Unidos. "Los europeos no pueden esperar porque tiene que haber una respuesta propia a esa decisión americana".

En cuanto al futuro Banco Central Europeo (BCE), Kohl reconoció discrepancias con el gobierno francés, pero aseguró: "Llegaremos a una solución razonable". Jospin lanzó un cable verbal de aproximación a las posiciones de Alemania, que insiste siempre en que el futuro BCE tiene que ser tan independiente de la política y autónomo en sus decisiones como el Banco Federal (Bundesbank) alemán. Según Jospin, el BCE no tiene necesidad de ir acompañado de ningún consejo y "cuando exista, será independiente". Esto no impide, añadió Jospin, que, con la entrada en vigor de la moneda única, "es evidente que los Gobiernos tendrán que ponerse de acuerdo sobre una política económica nacional, concertación sobre políticas fiscales, presupuestos, política coyuntural. La concertación será necesaria en estos puntos. Los pueblos quieren tener Gobiernos que discutan sobre sus problemas, incluso si existen instancias independientes, que no deben interferirse".