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Yeltsin ordena una investigación sobre los problemas de la 'Mir'

Riumin quiere viajar en el transbordador

El presidente ruso, Borís Yeltsin, ha ordenado abrir una investigación urgente, que debe entregar sus conclusiones el 1 de octubre, para determinar las causas de la cadena de accidentes que ha puesto a la estación orbital Mir al borde del colapso. El líder del Kremlin se reunió ayer con el antiguo astronauta y actual miembro del Consejo de Defensa Alexandr Serebrov, quien terció en la polémica al asegurar que parte considerable de la culpa "puede ser encontrada en Tierra".

YeItsin parece ser consciente de que lo que está en juego es que Rusia siga siendo una de las dos superpotencias en el espacio, ya que ha dejado de serlo en tierra. Sabe también que la avejentada estación orbital, que no para de dar sustos, puede dar cualquier día el definitivo, con grave peligro para su supervivencia y para la vida de los astronautas que en ella vivan.El presidente no se sube tampoco al carro de los que consideran que la culpa del gravísimo accidente del 25 de junio pasado -cuando una nave de carga de siete toneladas chocó contra la Mir- fue exclusivamente de la tripulación del complejo y, más concretamente, del jefe de la misión, Vasili Tsiblíyev. De hecho, terció a mediados de agosto en la polémica sobre las responsabilidades, para calificar de héroes a Tsiblíyev y su compatriota Alexandr Lazutkin cuando regresaron al planeta.

Quien más ha cargado las tintas contra los astronautas ha sido Valeri Riumin, codirector del programa espacial Mir-NASA y alto directivo de la corporación Energía, responsable de los equipos de la Mir. Es, por tanto, parte interesada, lo que quita cierto valor a su afirmación de hace 10 días de que los dos astronautas habían sido hallados culpables de negligencia y castigados con la pérdida de un 30% de su salario.

La propia Agencia Espacial Rusa aseguró ayer que no piensa castigar a Lazutkin y Tsiblíyev, y reconoció que éste último sufrió de insuficiencia cardiaca durante su misión en el espacio y que eso pudo afectar a su rendimiento. "Todavía no tenemos un seguro sanitario para los astronautas", afirmó irónicamente un directivo de la agencia. En cualquier caso, será una comisión interministerial creada al efecto la que, a finales de este mes, dicte el veredicto definitivo.

Entre tanto, Riumin está decidido a comprobar personalmente el estado de la Mir, y piensa volar hacia ella el próximo año en el transbordador estadounidense Atlantis. Tendrá en casa quien le pueda informar con detalle, ya que su esposa, Yelena Kondakova, tomó parte el pasado mayo en una misión de una semana de duración en esta misma nave.

Tampoco será la primera vez que Riumin salga al cosmos. Lo hizo en tres ocasiones antes de que, en octubre de 1987, decidiera dedicarse a la investigación. Desde Houston (Tejas) ha hecho el anuncio de su nueva aventura espacial, que iniciará a la muy respetable edad de 59 años, lo que será todo un récord. No tan impresionante, sin embargo, como el de Serebrov, que ostenta el récord de paseos espaciales, con 10 efectuados en cuatro misiones diferentes.

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