Israel investiga si sus servicios secretos militares han sido infiltrados por los palestinos

Una comisión de las Fuerzas Armadas israelíes creada para investigar las causas del fracaso de la operación relámpago del pasado viernes, en la que 11 soldados murieron y uno fue declarado desaparecido, tratará de determinar si el fracaso se debió a un espía infiltrado en el hasta ahora inquebrantable aparato de seguridad del Ejército. El equipo investigador, encabezado por general Gabi Ofir, ha descartado ya que primera deflagración, que diezmó al comando y puso al descubierto la incursión, haya debido a una explosión accidental la munición que llevaban los soldados.

Una de las líneas de investigación seguidas ahora es que las guerrillas palestinas que operan en Líbano tuviesen información sobre la misión secreta. La prensa hebrea se ha hecho amplio eco de esa hipótesis y asegura que la primera posibilidad es que los detalles sobre el desembarco naval les hubieran sido facilitados por un espía que estaría operando en el seno del Ejército. Según el diario Maariv "podría tratarse de un agente doble".El fracaso de este ataque ha reabierto también el debate sobre la conveniencia de que Israel se retire de la zona de seguridad. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha reconocido que "Israel querría salir de Líbano", aunque Siria se esfuerza para que no sea posible. Sus palabras han sido recogidas como un guante por miembros de su propio Gobierno y de la oposición. El dirigente del Partido Laborista Yossi Beilín, uno de los arquitectos de los acuerdos de Oslo con la Autoridad Palestina (AP), ha anunciado la formación de un movimiento en favor de una salida pacífica de Líbano. Beilín propone que la retirada israelí de la zona de seguridad no se relacione obligatoriamente con un acuerdo de paz con Siria.

Pero en la reunión celebrada ayer por el Gobierno israelí, Netanyahu intentó acallar la polémica al afirmar que "todo el debate sobre una retirada apresurada de Líbano, y bajo presión, sólo serviría de estímulo para [nuevas acciones] de Hezbolá". El debate se ha visto acompañado de un nuevo ataque ayer de la guerrilla proiraní Hezbolá contra las posiciones del Ejército israelí en la zona de seguridad en que resultó muerto un soldado. Con su muerte son ya 31 militares israelíes los que han perdido la vida este año en combates en el sur de Líbano. La cifra supera el centenar si se incluyen las víctimas del fatal choque de dos helicópteros israelíes en febrero. En las últimas horas se ha intensificado la actividad policial y diplomática ante la visita a Oriente Próximo de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Israel ha detenido a más de 170 activistas palestinos en una operación que no ha dado ningún fruto sobre el esclarecimiento del triple atentado suicida del pasado jueves en Jerusalén.

[El ministro israelí de Justicia, Tsaji Hanegbi, firmó ayer la solicitud de extradición del comandante de la Policía palestina, el general Gazi Yebali, informa Efe. Yebali es acusado por Israel de haber ordenado a varios de sus subordinados atacar a colonos judíos. La solicitud ha sido dirigida al presidente de la AP, Yasir Arafat]. Por su parte Jordania detuvo ayer al portavoz en este país de la organización radical Hamás, Ibrahim Goshe. El Gobierno jordano no reconoce al grupo como entidad política pero permite las actividades de alguno de sus miembros, como el líder de su brazo político, Musa Abu Marzuq, a quien las autoridades de Ammán dieron permiso de residencia a solicitud de EE UU. El rey Hussein participó ayer en El Cairo en una reunión con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el líder de la AP, Yasir Arafat, para coordinar su estrategia de cara a la visi ta de la jefa de la diplomacia norteamericana. Los tres dirigentes pidieron a Israel que cumpla "todas las cláusulas de los acuerdos de paz".