La Comunidad de Madrid se opone a que Retevisión traslade su sede a Barcelona

El anuncio del traslado de Retevisión a Barcelona ha provocado recelos en la Comunidad de Madrid y satisfacción en la Generalitat. Rodolfo Martín Villa, presidente de Endesa -primer accionista de Retevisión-, se ha entrevistado recientemente con el alcalde Pasqual Maragall para decidir la nueva sede, que podría ser el emblemático World Trade Center, en el puerto de Barcelona. La Comunidad de Madrid es contraria al traslado de Retevisión y a ello se suman los trabajadores de la empresa, que han protestado por el cambio de sede. En cualquier caso, la apuesta por Barcelona es una decisión política; tras ella asoman el perfil negociador de Jordi Pujol y el plácet de José María Aznar.

Retevisión, el primer competidor de Telefónica, que está considerando el traslado de su sede a Barcelona, es una pieza codiciada que Madrid no quiere dejar escapar. En los últimos días, las reacciones en diversos medios de la Comunidad Autónoma de Madrid contra el traslado a la capital catalana de la citada empresa están poniendo a prueba el compromiso adquirido por Martín Villa en este sentido durante el concurso público del segundo operador de telefonía.Una vez expresado el rechazo inicial a la deslocalización del segundo operador, fuentes de la Comunidad de Madrid anunciaron ayer que mantendrán la prudencia hasta tener datos fehacientes de que Retevisión se va a Barcelona.

Al hilo de estas opiniones, la propia ENDESA empieza a dar muestras de un titubeo inesperado. Ayer mismo medios ejecutivos del grupo señalaron que el presidente podría estar estudiando la posibilidad de dejar la sede administrativa de Retevisión en Madrid y trasladar a Barcelona un centro operativo de alto valor tecnológico.

Fuentes de la propia Retevisión -que preside Pedro de Torres- abonaron ayer así la incertidumbre: "No hay ninguna decisión tomada sobre la ubicación de la sede social; se tomará en su momento y de acuerdo con criterios empresariales y técnicos".

El traslado de Retevisión a Barcelona, que en los medios políticos de la capital catalana se considera irrevocable, ofrece, a criterio de los expertos, alicientes de carácter técnico. Estos medios señalan que para Retevisión el mercado catalán es muy importante y que la apuesta por Barcelona mejoraría las conexiones internacionales de las redes de telefonía.

Retevisión, cuya actividad rompe ahora el monopolio de Telefónica, alcanzará el 10% del mercado nacional con una facturación estimada de 400.000 millones de pesetas y una plantilla de 4.000 empleados dentro de cuatro años. En la actualidad, la empresa tiene 1.200 trabajadores, 1.900 instalaciones, diez direcciones de zona y su centro neurálgico está en Torrespaña (Madrid). El próximo diciembre empezará a actuar en telefonía básica en doce ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Bilbao, Coruña, Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca, Las Palmas, Málaga, Zaragoza y Murcia.

En cualquier caso, sea cual sea el desenlace de la pugna desatada entre Madrid y Barcelona, la decisión de trasladar Retevisión es política y, en último término, expresa la voluntad del Gobierno, que cumple los pactos con los nacionalistas de CiU. Es en este contexto en el que el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, ha decantado al Ejecutivo de Aznar en favor de Barcelona.

Para el Ayuntamiento de esta ciudad, la apuesta no es menor. Maragall, que está convencido de que Retevisión puede ser el segundo gran éxito para la ciudad después de los Juegos Olímpicos del 92, celebró hace dos semanas una reunión con Martín Villa y con el consejero delegado de ENDESA, Rafael Miranda. En ese encuentro se analizó la posible ubicación de Retevisión en el edificio en construcción del World Trade Center, en el puerto de Barcelona, y la utilización provisonal de un edificio de Enher u otros de Nissan.