El "voto ausente"
No puede ser, me dije cuando vi a los viejecitos pasmados por la noticia de que pagarán una parte sensible de sus medicamentos; no pueden ser tan malvados estos gobernantes, aunque sean de derechas, como para cargar sobre los jubilados. No es que desconozca a la derecha, pero ya sé que tengo una forma de mirarles mal, dicen mis colegas, por resentimientos, nostalgias, envidias y vejez crónica. Pero ¿tan malas personas son como para recuperar unos millones en su presupuesto sacándolos de los más pobres de la familia? ¿Tan apegados están a que el pobre es malo por ley divina, porque si fuera bueno tendría su recompensa económica? ¿O creen que estos benditos gozarán, luego, del reino de los cielos? Hay cosas en las religiones que personas animosas y ajenas a otro tipo de cultura pueden llegar a creer; pero otras cosas, inspiradas sólo por la maldad, no parecen posibles...Bueno, pues no es verdad: tenía yo razón, y nadie va a hacer nada a los viejecitos. Son infundios de los verdaderos malditos de la función: los socialistas. Para robar votos a la derecha. Están dotados los socialistas de una maldad intrínseca, de estado; yo mismo tuve ocasión de repetirlo durante el tiempo de su Gobierno (qué desastre: casi peor que éste). Y Anguita lo dice ahora, y la buena prensa. Los socialistas tienen "la estrategia de aquellos que, en busca de un voto ausente, no dudan en la utilización de la mentira para hacerse de nuevo con el poder" con "falsedades tan inmorales y crueles como las que emplean con quienes se han ganado el derecho inviolable de una vejez sin sobresaltos". Algunos "no sólo ponen en práctica un ejercicio artero contra su mayor rival político, sino que intentan, con la más baja de las manipulaciones, sembrar el pánico en los hombres y mujeres de la tercera edad". Yo no lo diría mejor: copio las palabras de Manuel Barrios del viernes, en Abc (con Anson o sin él, la verdad trasluce siempre en las páginas de ese diario).
¡Tranquilos! Ni descuentos, ni aumento de los años de cotización, ni nuevo baremo sobre los salarios, ni pago de la comida en los hospitales. Ni parte de los medicamentos. Duerma el viejo en la paz de su colchón duro , que Manuel Barrios ha salido al paso de las maniobras socialistas para robar votos asustando a unos infelices. El sabe que la derecha no roba a los pobres para dárselo a los ricos. Ni al contrario: deja que se arreglen libremente, entre ellos, de igual a igual.
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