El Gobierno ofrece a Pujol 50.000 millones de pesetas más al año para financiar la sanidad pública catalana

El Gobierno del Partido Popular se ha comprometido ante Convergéncia i Unió a inyectar 50.000 millones de pesetas más para financiar la sanidad pública catalana a partir del ejercicio presupuestario de 1998, informaron ayer por la tarde fuentes nacionalistas.Antes de diciembre, el Consejo de Política Fiscal y Financiera deberá fijar la cantidad extra global que se destinará a mejorar el sistema de financiación sanitaria española y los criterios de distribución entre el Insalud y las comunidades autónomas con la sanidad transferida. Pero previamente ha llegado a un compromiso con la Generalitat.

El presidente catalán, Jordi Pujol, dijo ayer en conferencia de prensa que tenía la impresión de que llegaría a "una solución aceptable", aunque "no entusiasmadora" para mejorar la financiación de la sanidad, que es una de las principales reivindicaciones pendientes del pacto de investidura y gobernabilidad. La Generalitat reclamaba inicialmente 60.000 millones más al año, una cantidad que ahora espera alcanzar al final de la legislatura.

El incremento de la financiación de la sanidad que se concrete en el Consejo de Política Fiscal y Financiera es independiente del crecimiento presupuestario anual (fijado en un porcentaje equivalente al PIB nominal). El acuerdo que se prefigura no contempla, sin embargo, la deuda histórica acumulada por el sistema sanitario a consecuencia de unos presupuestos crónicamente insuficientes, pero servirá al menos para impedir que este déficit siga creciendo, señalaron fuentes de la Generalitat.

De los 50.000 millones anuales prometidos deben descontarse unas cantidades extras ya recibidas en 1997. Por ejemplo, los 70.000 millones de pesetas que el Estado se ha ahorrado con la congelación salarial del personal sanitario se han destinado este año a mejorar la financiación del sistema, y a Cataluña le ha correspondido casí el 16%, unos 11.200 millones de pesetas, que ya se han consolidado para los próximos años.

Este acuerdo despeja las últimas dudas que podían. existir sobre el apoyo parlamentario de CiU a los Presupuestos Generales del Estado para 1998, pese a que otra de las reivindicaciones planteadas por los nacionalistas catalanes -una mejor financiación de la reforma educativa- está mucho más verde", en palabras de Pujol.

Negociaciones

En los primeros encuentros mantenidos entre el Gobierno y una delegación de CIU para hablar de los Presupuestos se ha puesto de evidencia que el vicepresidente Rodrigo Rato considera inasumible destinar mucho más dinero a la enseñanza en un año en el que se mantendrán las restricciones presupuestarlas y en el que se producirá la transferencia de la educación a las comunidades autónomas que aún no la tienen. CiU, por otra parte, confía en que en 1998 se pongan las bases para nuevas inversiones del Estado en Cataluña. Por ser de carácter plurianual, no se verán reflejadas ese año en partidas presupuestarias importantes pero sí en los ejercicios siguientes.

Pujol insistió ayer en que, pese a que puedan surgir discrepancias puntuales con los presupuestos que presente el Gobierno, la voluntad de CiU es apoyarlos si se coincide en lo sustancial, que es poner a España en condiciones de entrar en la moneda única en el examen de mayo de 1998.

La víspera, el socialista Narcís Serra había dicho que si Pujol votaba los presupuestos era porque está prisionero de José María Aznar. "No somos prisioneros mas que de nuestra responsabilidad ante el país", replicó ayer Pujol. "Sin nuestro apoyo no habría presupuesto y a lo mejor no entrábamos en la Unión Económica y Monetaria. Y no podemos dejar pasar este tren. Es una cita histórica", agregó.