Argentina y Brasil pedirán dos escaños para la región en el Consejo de Seguridad
Argentina y Brasil hilvanaron en la concluida XI Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río, que se desarrolló en Asunción, una salida de circunstancias a sus diferencias sobre la titularidad del único asiento reservado a América Latina en el diseño estadounidense del futuro Consejo de Seguridad de la ONU. Los presidentes Carlos Menem, que reclamó el carácter rotativo del espacio, y Fernando Henrique Cardoso, que lo reclamaba para Brasil, propondrán la entrada de más de una nación latinoamericana en el Consejo
Aunque la fórmula esbozada por Menem y Cardoso es prácticamente inviable, al no encajar en la estrategia marcada por los grandes -que piensan incorporar a Alemania, Japón, y tres países más, en representación de Latinoamérica, Asia, y África-desactiva el choque diplomático público registrado días atrás por las dos importantes naciones suramericanas y permitirá abordar más sosegadamente las negociaciones sobre la composición del brazo ejecutor de las Naciones Unidas. "Surgió la posibilidad de que se amplie el número de respresentantes permanentes por Latinoamérica ", declaró, para sorpresa de la mayoría, el ministro brasileño de Relaciones -Exteriores, Luis Felipe Lampreia.También quedó pendiente de posteriores conversaciones de apaciguamiento otro de los asuntos que habían crispado el ambiente de las cancillerías del Cono Sur: los reparos chilenos al anuncio estadounidense de incluir a Argentina en su relación de aliados especiales, integrada por Israel, Egipto, Jordania, Corea del Sur,, Australia y Nueva Zelanda. El aspecto militar de esa alianza preocupa a Santiago, y fue recibido con especial irritación en los cuartos de banderas del general Augusto Pinochet.
Desequilibrios en la región
Pese a las garantías de Menem de que "con Chile todo está perfecto, no hay ningún problema", las manifestaciones del presidente Eduardo Frei demostraban el disgusto causado por la condecoración estadounidense al país vecino, con el que aún se mantienen disputas fronterizas. "Creemos inconveniente - que países extrarregionales o que estén en el mundo desarrollado [en este caso Estados Unidos] provoquen desequilibrios en la región. Por eso hemos hablado siempre de mantener los equilibrios, es decir que no hayan privilegios".
Chile, cuyas relaciones con Estados Unidos han sido pésimas en los últimos cien anos, presentó en la cumbre de Asunción un libro blanco sobre Defensa, en el que precisa el número y tipo de armamento que tiene que sustituir. Subrayó que no se encuentra inmerso en una carrera armementística sino en una política de renovación del material obsoleto de las Fuerzas Armadas. En esa línea, el presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, negó la existencia de un rearme regional durante la conferencia de prensa posterior a la clausura de la cumbre del Grupo de Río, foro de consulta y discusión política creado en 1986 que agrupa a las naciones latinoamericanas y del Caribe exceptuando a Cuba.
"Aquí no hay carrera armamentística alguna", aseguró el anfitrión, quien justificó la renovación de arsenales decidida por algunos países del área y el interés chileno, "absolutamente transparente", por los cazabombarderos F-14 o F-16. México presentó un proyecto encaminado a evitar la progresiva militarización de Latinoamérica. Según Wasmosy, los empresarios estaounidenses interesados en la venta de armas tienen derecho a ofrecerlas, pero América Latina "no tiene obligación alguna de compra en momentos en que hablamos de profundizar la integración".
El masivo tráfico de armas en el mundo fue. abordado por el presidente colombiano, Ernesto Samper, para quien ese comercio supera al de las drogas, y pone en peligro las democracias del hemisferio porque nutre la corrupción y debilita las estructuras de las instituciones. El mercado' de las armas moviliza 840.000 millones de dólares (130 billones de pesetas) anuales y eso, advirtió Samper, acaba con cualquier democracia: "Detrás de los vendedores de armas vienen los de municiones y detrás de los de municiones vienen los de seguros de vida, y detrás vienen los vendedores de hospitales".
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