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El Ayuntamiento expulsa a las cotorras de la Casa de Campo porque son dañinas

Antonio Jiménez Barca

El Ayuntamiento ha decidido intervenir en la lucha por la vida y el espacio que mantienen las distintas especies de animales que habitan en la Casa de Campo. Y se ha puesto decididamente de parte de los conejos, perdices y patos, y en contra de las urracas, ratas y cotorras. Los tres primeros recibirán subvenciones; las tres últimas serán perseguidas. Las cotorras, en concreto, llevan ya ocho meses sufriendo la destrucción de sus nidos, según cuenta Santiago Romero, jefe del Departamento de Parques y Jardines.La colonia de cotorras contaba ya en 1994 con 30 nidos de un metro de perímetro; en cada nido habitan varias familias y, dada la rapidez con que se reproducían y la agresividad que mostraban con las otras aves del parque, se corría el peligro de que este pájaro tropical acabara convirtiéndose en la estrella de la Casa de Campo. De ahí que los técnicos municipales les dejen sin casa.

Son verdes, de mayor tamaño que el periquito pero menor que el de los loros, y chillan a la más mínima intromisión. Descienden de alguna remota pareja escapada hace años de alguna jaula que consiguió sacar adelante con fortuna a su progenie.

Las urracas tampoco tienen buena prensa en la Casa de la Villa. En la próxima reforma del parque, los técnicos de Medio Ambiente procederán a "su regulación". El eufemismo significa que se van a poner jaulas para apresar un buen número de ellas y mandarlas a otra parte. Para los especialistas municipales, hay demasiadas urracas sobrevolando la Casa de Campo. Como las cotorras, son aves agresivas que atacan los nidos de los otros pájaros.

Las ratas también se han re producido en el parque con excesiva alegría y van a sufrir las consecuencias: en las orillas de las charcas se van a poner trampas para atraparlas. No van a correr la suerte de las urracas: se las eliminará.

Por el contrario, el Ayuntamiento liberó en diciembre del ano pasado 250 perdices, más de 20 patos y 40 conejos sufragados con dinero europeo con el fin de que pueblen con sus descendientes la Casa de Campo.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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