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50º FESTIVAL DE EDIMBURGO

Los romances vía Internet suben a escena

El embarazo y la vejez destacan en el 'Fringe', la sección paralela del encuentro

Varios temas comienzan a despuntar entre la extravagancia dramática del Fringe de Edimburgo, la sección paralela del festival. Embarazo, vejez, política sexual y Shakespeare son los más repetidos motivos de exploración por parte de los cerca de 10.000 artistas internacionales que participan en la edición de 1997. Junto a ellos, suben a escena los romances vía Internet, una de las formas más populares y recientes de sexo seguro. La sección oficial, entretanto, continúa las sesiones de danza con Fish, un emotivo lamento sobre la cultura aborigen australiana.

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Surfing, una producción de Robert Young que ha triunfado en Londres esta temporada, se ha presentado esta semana en el Assembly Rooms, uno de los más prestigiosos escenarios del Fringe. Historia delicada y sutil, gira en torno al correo electrónico-erótico que mantienen dos personas que viven en mundos separados. "Divertida y chocante", para The Independent; "Interpretada con un encanto sin fronteras", según la guía What's on, la obra logra materializar en escena los problemas y hallazgos de la aséptica, torturada e intensa relación de dos náufragos de las aguas electrónicas.Pero el programa del Fringe delata otros puntos comunes en su oferta dramática, que este año supera las 500 producciones. La experiencia del embarazo, planeado o imprevisto, despunta sobre temas de más reciente actualidad, como la violencia automovilística o las consecuencias de la guerra de Bosnia.

Recurrir a la investigación sobre una fase biológica tan natural como antiquísima garantiza el interés de una gran mayoría de la población. Las mujeres, al menos un alto porcentaje, se sienten identificadas con las angustias y alegrías que interpretan las actrices en los diversos escenarios de Edimburgo. Pero al mismo tiempo, el embarazo da pie a indagaciones más amplias sobre las relaciones familiares, sexuales y sociológicas.

En el ginecólogo

En la obra neozelandesa Up the duff, tres mujeres -de 17, 27 y 37 años- entablan relación a partir de su encuentro en la consulta del ginecólogo. Los fetos que se desarrollan en sus respectivos cuerpos son el único punto común que les une en principio. La amistad crece y los embarazos progresan al tiempo que salen a relucir cuestiones paralelas: madres solteras, amantes y maridos, servicios sociales, tratamiento médico, trabajo y desempleo e, incluso, señas de identidad. Sarah McDouglas, dramaturga y actriz británica asentada en Nueva Zelanda, escribió el texto en 1994 en respuesta a las imágenes "felices" que aparecían en los carteles y literatura relacionada con el Año de la Familia. Desde entonces, la obra ha viajado por cientos de escenarios atrayendo a un público heterogéneo que aprecia el humor, sarcasmo y denuncia política de su texto.

McDouglas pone en boca de su personaje una frase -"la gente mayor debería evitar las relaciones sexuales"- que enlaza directamente con otro tema favorito en el Fringe de 1997: la etapa final en la vida de los seres humanos. La vejez se explora en varias obras de teatro y, en particular, en Hot flushes, de la compañía británica The Melo-Marinello Players. Las protagonistas acusan los síntomas de la menopausia, pero su imaginación vuela hacia fantasías sexuales.

Shakespeare, invitado de lujo desde los inicios de los festivales de Edimburgo, regresa con fuerza en las bodas de oro. Compañías amateurs y profesionales aportan diferentes interpretaciones de Macbeth, Romeo y Julieta, Otelo o El sueño de una noche de verano. Se estrenan versiones tradicionales y vanguardistas en los locales de la capital escocesa, y hay quienes se apropian del nombre del poeta para dar rienda suelta a su osadía. Entre ellos destaca la compañía S4B, asiduos del Fringe, que invitan a la audiencia a desayunar "café y croissants" durante la puesta en escena de Shakespeare para desayunar. El Festival participa también en este homenaje al dramaturgo con la producción Medida por medida, a cargo del reconocido director Stéphane Braunschweig.

Mientras, la programación oficial continúa su excelente oferta de baile con una original coreografía de la compañía australiana Bangarra Dance Theatre. Integrada por artistas de la comunidad aborigen australiana, Bangarra debuta en Edimburgo con Fish, el nuevo trabajo de los hermanos Stephen y David Page. La obra se estructura en tres actos de viaje por tres mundos: la ciénaga, el río y el océano. Este itinerario acuático sirve de metáfora para airear las inquietudes de una cultura que despierta de una larga opresión. "Nuestro trabajo tiene una dimensión política: todavía buscamos nuestra identidad", advierte el coreógrafo Stephen Page.

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