Combates en Dushanbé tras un confuso intento de golpe de Estado
La sangre sigue corriendo en Tayikistán a pesar del acuerdo firmado en junio que, al menos en teoría, puso fin a una guerra que se cobró decenas de miles de vidas. Desde el sábado, a causa de un confuso intento de golpe de Estado, el tableteo de las ametralladoras y el ruido atronador de las armas pesadas vuelve a resonar en Dusharibé, capital de esta pequeña república ex soviética fronteriza con China y Afganistán. Crece el temor a un inminente asalto a la ciudad.La novedad estriba en que las fuerzas en conflicto no son ya las del Gobierno prorruso y la guerrilla islámica, sino facciones rivales que, incluso ahora, se proclaman fieles al presidente, lmomali Rajinónov.
Los combates, que se han cobrado ya varios muertos y decenas de heridos, parecen inscribirse en un intento de golpe de Estado, pero aún resulta difícil saber quién está con quién, incluido el jefe de Estado.
La situación supone un quebradero de cabeza adicional para el presidente ruso, Borís Yeltsin, quien mantiene en Tayikistán un importante contingente militar, junto a otros países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), bajo la etiqueta de fuerza de mantenimiento de la paz. Lo que, sin embargo, defiende el líder del Kremlin en esa república asiática es el cordón de seguridad de Rusia, quebrado con la desaparición de la Unión Soviética. Sólo la presencia de las tropas enviadas por Moscú, más eficientes en Tayikistán que en Chechenia, ha impedido que el país caiga bajo la bandera verde del islam.
Ayer hubo insistentes rumores, posteriormente desmentidos, de que Rusia se disponía a evacuar al personal de su Embajada en Dushanbé. También parecía inminente que el presidente pidiera que la fuerza internacional de paz se ocupase de la defensa de la ciudad, y más concretamente, de sus principales centros oficiales y de interés económico y militar.
Tregua fallida
Entre tanto, una tregua suscrita el sábado saltaba a las pocas horas rota en pedazos, a tiro y cohete limpio, y podían detectarse al menos dos focos de conflicto, aparte de la capital.Con Rajmónov casi en la sombra, los protagonistas más visibles de la crisis son el jefe de la Guardia Presidencial, Gafar Mirzoyev, apoyado por tropas guardafronteras, y el comandante de la Fuerza de Reacción Rápida, Mahmud Judoberdíyev. Los combates en Dushanbé se libran entre Yakub Salimov, jefe de la Guardia Fiscal, y Sujrob Kasimov, comandante de élite del Ministerio del Interior. Todo un rompecabezas.
Jubordíyev, que ya se amotinó antes dos veces, niega que su objetivo sea tomar Dushanbé. Hace unos días mostró su rechazo a uno de los puntos del acuerdo de paz de junio. En su opinión, el previsto regreso de 500 guerrilleros islámicos a la capital provocaría un baño de sangre.
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