Clinton anuncia un 'decretazo' que prohibirá fumar dentro y fuera de los edificios federales

El presidente de Estados Unidos Bill Clinton está dispuesto a firmar una orden para prohibir el uso del tabaco en todas las dependencias de la administración federal. Hasta ahora la prohibición de fumar dependía de cada ministerio o departamento en particular. El diario The Washington Post adelantó que Clinton firmará el decreto esta misma semana antes de irse de vacaciones.La prohibición de fumar se extenderá a las inmediaciones de los edificios federales, es decir, no se podrá bajar al portal para encender un cigarrillo, ni tampoco hacerlo en los jardines y patios de esas instalaciones. No está todavía claro a qué distancia exactamente habrán de irse los funcionarios para poder fumar.

Aunque Clinton estudia los términos de esta nueva norma, el portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, confirmó que se trabaja para que esta política general sustituya en el plazo de un año a los reglamentos internos sobre la materia que existen en cada agencia, a los que calificó de "batiburrillo".

Por ejemplo, hasta ahora en el Pentágono y en el ministerio de Salud y Servicios Humanos estaba casi totalmente prohibido fumar, pero en los de la vivienda y de comercio se podía en los cuartos de baño, oficinas privadas y cafeterías.

La nueva norma, por ser de carácter ejecutivo, no afectará de manera inmediata a entidades dependientes del legislativo (el Congreso, donde fumar es relativamente fácil) ni del brazo judicial o diplomático. Sin embargo, sí alcanzará a instancias que antes estaban exentas de la prohibición de fumar, como algunas salas reservadas para oficiales en el ejército. En la Casa Blanca no se huele a humo de tabaco desde la llegada de Clinton en 1992.

El intento de restringir el tabaco en la administración federal era un proyecto que se arrastraba desde el gobierno de George Bush. Ahora Clinton deja caer el simbólico decretazo justo antes de irse de vacaciones para, entre otras cosas, pensar cuál va a ser en septiembre su postura con la industria del tabaco. En junio, las tabaqueras ofrecieron un fondo de 57 billones de pesetas para evitar las demandas de afectados por el uso de sus productos.