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GOLPE AL PROCESO DE PAZ

Israel ordena detener al jefe policial palestino y amenaza con entrar en los territorios autónomos

Israel ha ordenado la detención del jefe de la policía palestina, el general Ghazi Jabali, al tiempo que amenaza con invadir los territorios autónomos para detener a los activistas islámicos y acabar con el terrorismo. Éstas son las primeras medidas de seguridad excepcionales adoptadas por el Gobierno de Benjamín Netanyahu tras el ataque perpetrado por dos activistas del grupo integrista Hamás contra el mercado de Majané Yejuda, en el centro de Jerusalén, donde el pasado miércoles hicieron explosión dos bombas que provocaron 14 muertos y al menos 170 heridos.

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Jerusalén, sangre y tierra

El Gobierno de Benjamín Netanyahu considera que el general Ghazi Jabalí, jefe de la policía autónoma palestina, es el inductor de la oleada de atentados perpetrados por los extremistas islámicos en Israel en los últimos meses. Estas sospechas se encontraban ya recogidas en un reciente informe del Ejecutivo en el que se implicaba al mando policial palestino, en las operaciones irregulares efectuadas por algunos de los agentes de seguridad árabes contra objetivos judíos.Netanyahu ha amenazado también a Yasir Arafat con enviar el Ejército israelí a los territorios bajo control de la Autoridad Nacional Palestina, para detener a los extremistas de Hamás o de Yihad Islámica, si la policía autónoma no cumple con su trabajo, acata los acuerdos de paz firmados en Oslo, y desarticula de una vez por todas las organizaciones guerrilleras que se encuentran instaladas en sus territorios.

Pocos minutos después de que el Gobierno profiriera estas advertencias contra Arafat y todo su pueblo, fuerzas de seguridad israelíes entraban en la zona de Cisjordania todavía bajo control israelí y detenían a cerca de una treintena de activistas islámicos. La mayoría de las detenciones se produjeron en las localidades de Dahariyeh. y Qossin, cerca de Hebrón y Nablús, respectivamente, y se centraron en tres familias conocidas por sus simpatías integristas.

Las detenciones de anteanoche, practicadas por la policía y el Ejército israelíes en Cisjordania, se llevaron a término en las zonas denominadas C y B, donde, según el estatuto interino de autonomía de 1955, los temas de seguridad están, cuanto menos, compartidos entre palestinos e israelíes. Las tropas israelíes sin embargo no entraron en esta ocasión en las zonas denominadas A, sometidas al único y exclusivo control de la policía de Arafat. Pero la amenaza de hacerlo, si llega el caso, ha provocado ya las iras y la. indignación de los responsables árabes.

"Si las tropas de Israel entran en las zonas autónomas, nuestro pueblo sabrá defender su honor nacional", fue la lacónica y firme respuesta que dio ayer el coronel palestino Yibril Rayub, responsable de la Seguridad Preventiva en Cisjordania, poco después de conocer las amenazas proferidas por Israel. Rayub afirmó que no acataría las órdenes de Israel y acusó al Gobierno de derechas de Netanyahu de lo ocurrido en el mercado de Jerusalén, al haber creado una situación desesperante. Otro asesor de Arafat, Nabil abu Rdainah, calificó de "declaración de guerra Contra los palestinos" las decisiones de Israel.

Arafat, sin embargo, no se ha cruzado de brazos y en las últimas horas ha dado orden de detención contra numerosos militantes de los grupos extremistas Hamás y Yihad Islámica, supuestos responsables de estos atentados, en un intento de ganar confianza y tiempo, y de demostrar cierta cooperación con el Ejecutivo israelí. El presidente de la Autoridad Palestina, sin embargo, no ha dado ninguna respuesta satisfactoria con respecto a la orden de detención contra el jefe de su propia policía. Jabali, por su parte, compareció ayer ante la prensa para negar las acusaciones israelíes.

Mientras la disputa política sube de tono, la calma se restablece, poco a poco, en Jerusalén, donde los tenderos del mercado de Majané Yejuda reabrieron ayer sus puertas. Lo hicieron en medio de la mirada atenta de una nube de curiosos y periodistas, quienes coincidieron en sus callejuelas para rendir el penúltimo homenaje a los muertos.

Todo se vino haciendo en medio de un vocerío ensordecedor, como el estallido de las bombas, mientras la policía trabaja en silencio para identificar a los responsables del atentado. Las primeras conclusiones parecen indicar que los autores materiales son dos jóvenes de Hebrón, Saad Sadeq al Till y Majed al Qasiya, de una veintena de años, que militaban desde hace más de un año en la milicia clandestina de Hamás, Izadia al Qasem, y quienes utilizaron para llevar a término el ataque dos cargas de dinamita de 10 kilos cada una, junto a la que habían colocado turcas y clavos, para difundir con mayor eficacia el mensaje de muerte.

El hombre más buscado hoy por la policía israelí es Muhi a Din Sharif, conocido con el sobrenombre de El Ingeniero, supuesto artífice de los artefactos, responsable del comando y constructor de una fábrica clandestina de explosivos, que la semana pasada la policía palestina descubrió en Belén. La policía supone que Sharif, ha estado también detrás de otros muchos atentados, podría estar refugiado en las zonas autónomos.

Pero algunos israelíes de Jerusalén han empezado ya a dar muestras de nerviosismo y piden soluciones rápidas y drásticas. Son los ortodoxos o los de la extrema derecha. Se les supone responsables de los destrozos efectuados en una veintena de turismos palestinos aparcados cerca de la puerta de Jaffa, en la ciudad vieja. Cuatro de ellos han sido ya detenidos.

[En ese contexto causó preocupación anoche una llamada a la televisión estatal israelí en la que un interlocutor anónimo aseguró tener secuestrados a cuatro palestinos a los que su grupo planeaba. asesinar para vengar el atentado del miércoles, informa France Presse. El hombre dijo hablar en nombre de Kach, un movimiento fuera de la ley, que se ha atribuido actos terroristas antipalestinos reales y ficticios.]

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