EE UU decreta normas más estrictas contra la contaminación
Denver, sede de la industria del automóvil, logra tras 10 años un aire respirable
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha introducido normas más estrictas para reforzar los criterios exigidos en cuanto a calidad del aire y a reducción de la contaminación.El nuevo reglamento -que en realidad es enmienda a una ley de protección del aire de 1970- fue aprobada por el presidente Bill Clinton el pasado junio, y permitirá prevenir 15.000 muertes prematuras, además de 3,25 millones de casos de asma en adultos y un millón de enfermedades respiratorias en niños, según datos de la EPA.
Las normas tienden a reducir las partículas contaminantes provocadas por el tráfico de vehículos y por la industria y los niveles de ozono en las capas bajas de la atmósfera.
"La lucha por la limpieza del aire es una prioridad y nuestro programa es el más severo del mundo, pero habrá que superarlo", dice Paul Stoplman, uno de los principales responsables de la EPA.
La industria ha recibido la normativa con fuertes críticas. "Esas medidas significan detener toda expansión económica y toda creación de empleos en esos sectores", dice Richard Siebert, responsable de la Asociación Nacional de Industriales. "Incluso las empresas armadas de la mejor voluntad y económicamente en condiciones de instalar tecnologías punteras para controlar la contaminación no podrán respetar las nuevas normas", añade.
Éxito
La política anticontaminación ha logrado un éxito clave en Denver (Colorado). Tras 10 años de lucha sostenida, la capital de la industria automovilística estadounidense goza hoy de un aire respirable. La famosa nube de monóxido de carbono que cubría esta ciudad del centro del país ha desaparecido.Con una población cercana a los dos millones de habitantes, Denver se había convertido en una de las ciudades de Estados, Unidos con peor calidad del aire, e incumplía las normas federales al menos 120 veces al año.
En 1987 un grupo de ciudadanos y de médicos creó en Denver una asociación para la defensa del aire limpio y lograron demostrar la nocividad de la situación cotidiana. Los carburantes oxigenados fueron escogidos como solución más sencilla y económica y, al generalizarse su uso en 1996, las alertas sobre contaminación prácticamente desaparecieron.
California imitó esa política y los resultados son los mejores en los últimos 40 años. Ambos Estados piensan ir aún más lejos. En Denver se habla ya de prohibir encender las chimeneas e incluso prohibir las barbacoas.
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