Convertir la moda en un fenómeno estable

La solidaridad se ha puesto de moda en esta década, después de unos años, los ochenta, marcados por el valor del dinero. Pero tanto las ONG como las administraciones intentan que el fenómeno sea más que una moda pasajera."La gran espoleta fue en 1994, cuando se hizo la acampada en el paseo de la Castellana en demanda de que el 0,7% del producto interior bruto español se dedicara a ayuda al desarrollo del Tercer Mundo", explica el director general de Coordinación y Voluntariado, Daniel Sada.

Las tragedias televisadas, como el éxodo del pueblo kurdo en la guerra del Golfo (199 1) o el genocidio de Ruanda (1994), añadieron leña al fuego solidario. El efecto mediático ha sido y es fundamental para crear las oleadas de ayuda al prójimo, coinciden las fuentes consultadas.

Los ciudadanos de Madrid no son distintos del resto de los españoles. "En el caso del voluntariado, la diferencia es más cuantitativa que cualitativa", dicen en la Plataforma para la Promoción del Voluntariado. "Los madrileños, como los demás españoles, son supersolidarios cuando se produce una emergencia y cuando llega la Navidad. Lo que ahora necesitamos es solidaridad constante", concluye el presidente de la Federación de ONG de Desarrollo de Madrid, Juan Luis Lillo.